Perícopa

[1]​[2]​ Histórica y bibliográficamente el término se utiliza para designar a algunos evangeliarios abreviados que contienen solo los pasajes necesarios para la misa, según el calendario litúrgico.

Son ejemplos notables las Perícopas de Enrique II[3]​ (ca.

1020), ejemplos del arte otoniano en la iluminación de manuscritos.

La escuela conocida como Historia de las Formas lo utiliza para hacer referencia a unidades textuales que corresponden a tradiciones autónomas sobre Jesús de Nazaret, utilizadas por los evangelistas como material para redactar los diferentes evangelios.

En retórica, perícopa es un concepto que designa a un grupo de versos con un sentido unitario coherente.