El paso es un conjunto formado por una plataforma (conocida como mesa)[1] sobre la que hay imágenes evangélicas.
[5] En su origen las procesiones podían llevar hasta cinco pasos, aunque normalmente eran dos, al igual que ahora.
[6] Lo más probable es que los primeros pasos fuesen andas con manguetas para se llevadas entre diez u ocho hermanos.
[2] Normalmente la canastilla está decorada con un estilo neobarroco, aunque hay una minoría de mediados del siglo XX y finales del siglo XIX con decoración neogótica o neorrenacentista.
Entre los más antiguos conservados está el del Jesús del Gran Poder de Sevilla, que fue realizado por Francisco Ruiz Gijón entre 1688 y 1692, pero ha sido restaurado y reformado en numerosas ocasiones.
En los ángulos suelen colocarse faroles, candeleros de varios brazos o simplemente cirios.
[11] La estructura de madera del paso (que a la postre es cubierta con la canastilla y otros complementos) es conocida como parihuela.
[2] En los comienzos de las cofradías, algunos pasos llevaban ruedas, aunque hoy esto es menos habitual.
[14] Todas estas características se aplican en la Semana Santa sevillana y por influencia, andaluza.
[17] El palio se empezó a colocar en la primera mitad del siglo XVII y al principio hubo cofradías que lo colocaban tanto al Cristo como a la Virgen,[17] aunque hoy se usa solamente en este último caso, con excepciones como la localidad de Antequera donde todavía se mantiene la tradición de procesionar a Cristo bajo palio.
Los bordes del palio que cuelgan hacia abajo son conocidas como bambalinas y pueden finalizar rectas o en puntas.
[20] El uso de un palio sobre un paso procesional podemos datarlo a finales del siglo XVII.
En 1595 la Hermandad de San Juan Evangelista de Sevilla sacaba en procesión a este santo con tres clavos[21] y en el actual Sábado Santo sevillano la hermandad del Santo Entierro procesiona un esqueleto sobre el Calvario junto a un dragón, que representa la Victoria de Cristo sobre la muerte (conocido popularmente por La Canina).