Revolución húngara de 1956

[11]​ Algunos manifestantes contestaron los disparos con las armas tomadas de la ÁVH o brindadas por los soldados húngaros que se unieron al levantamiento.

Consejos improvisados arrebataron el control municipal al Partido Comunista Húngaro y exigieron cambios políticos.

Para enero de 1957, el nuevo gobierno instalado por los soviéticos y liderado por János Kádár había reprimido toda oposición pública.

Tanto las fuerzas húngaras como las alemanas estacionadas en Hungría fueron posteriormente derrotadas cuando la Unión Soviética invadió el país en 1945.

[17]​ El ministro del Interior comunista László Rajk convirtió a la ÁVH en una institución que empleaba métodos de intimidación, acusaciones falsas, encarcelamiento y tortura para eliminar toda oposición política.

Enormes deducciones para financiar la inversión industrial redujeron la Renta familiar disponible; la mala gestión creó carencias crónicas en alimentos básicos del que resultó el racionamiento de pan, azúcar, harina y carne.

Como respuesta a la demanda popular, en octubre de 1956, el gobierno nombró como primer secretario del Partido Obrero Unificado Polaco al recientemente rehabilitado comunista reformista Władysław Gomułka, con mandato para negociar concesiones comerciales y reducciones de tropa con el gobierno soviético.

Estos fórums, llamados círculos Petõfi, se hicieron muy populares y atrajeron a miles de participantes.

Alguien en la multitud quitó el escudo comunista de la bandera húngara, dejando un hueco distintivo y otros lo imitaron rápidamente.

[53]​ Aproximadamente al mismo tiempo, una gran muchedumbre se reunió en el edificio de la Radio Budapest que estaba fuertemente protegido por la ÁVH.

Desde las ventanas del edificio se echaron gases lacrimógenos y la ÁVH abrió fuego sobre la muchedumbre, causando varias víctimas.

Soldados húngaros enviados para relevar a la ÁVH dudaron y, luego, quitaron las estrellas rojas de sus gorras, para tomar partido con la muchedumbre.

Los revolucionarios armados montaron barricadas para defender la ciudad y se informó que habían capturado algunos tanques soviéticos a media mañana.

[59]​ Por la radio, Nagy hizo un llamamiento al fin de la violencia y prometió iniciar las reformas políticas que habían sido pospuestas tres años antes.

[74]​[75]​ Debido a que mantuvo el mando solo diez días, el Gobierno Nacional tuvo poca oportunidad de clarificar sus políticas en detalles; sin embargo, las editoriales periodísticas de ese entonces enfatizaron que Hungría debía ser una democracia social multipartidista y neutral.

Una facción de ala dura, liderada por Mólotov, presionaba por una intervención, pero Jrushchov y el mariscal Zhúkov se oponían inicialmente.

[91]​ Dos días antes, el 30 de octubre, cuando los representantes del Politburó soviético, Anastás Mikoyán y Mijaíl Súslov estaban en Budapest, Nagy había insinuado que la neutralidad era un objetivo a largo plazo para Hungría y que estaba esperando discutir este asunto con los líderes del Kremlin.

[110]​ Durante el levantamiento, la Radio Free Europe (RFE) con programas en lengua húngara trasmitió noticias sobre la situación política y militar, así como apelaciones a los húngaros para que lucharan contra las fuerzas soviéticas, incluyendo consejos tácticos sobre métodos de resistencia.

[114]​ Se solicitó al embajador Andrópov informar a su gobierno que Hungría empezaría las negociaciones sobre la salida de las fuerzas soviéticas inmediatamente.

[120]​ Según se informa, algunos soldados rasos soviéticos creyeron que estaban siendo enviados a Berlín para luchar contra los fascistas alemanes.

Aunque algunos oficiales de muy altos rangos eran abiertamente prosoviéticos, los soldados rasos eran abrumadoramente leales a la revolución, por lo que lucharon contra la invasión o desertaron.

[129]​ Para las 8 a. m., la defensa organizada de la ciudad desapareció después que la estación radial fuera capturada y muchos defensores se replegaran a posiciones fortificadas.

[110]​ Tanto la resistencia armada esporádica como las huelgas convocadas por los consejos obreros continuaron hasta mediados de 1957, causando una sustancial interrupción económica.

Pocos húngaros se unieron al Partido reorganizado, habiendo sido su cúpula purgada bajo la supervisión del Presidium soviético, dirigido por Georgi Malenkov y Mijaíl Súslov.

El nuevo gobierno esperaba recibir apoyo al adoptar principios populares de autodeterminación húngara, expresados durante la revuelta, pero las tropas soviéticas permanecieron.

[139]​ Después de 1956, la Unión Soviética purgó severamente el ejército húngaro y reinstituyó la adoctrinación política en las unidades que quedaron.

Nagy fue ejecutado, junto con Pál Maléter y Miklós Gimes, tras ser sometidos a juicios secretos en junio de 1958.

[147]​ Doce años más tarde, cuando las fuerzas soviéticas terminaron con un movimiento similar hacia la liberalización en Checoslovaquia, el primer secretario Alexander Dubček, recordando la experiencia húngara, pidió a sus ciudadanos no resistir la ocupación.

Incluso Jean-Paul Sartre, todavía un comunista decidido, criticó a los soviéticos en su artículo Le Fantôme de Staline, en Situations VII.

[157]​ En la esquina noroeste del parque MacArthur en Los Ángeles, California, Estados Unidos, la comunidad húngaro-estadounidense construyó una estatua conmemorativa para honrar a los luchadores por la libertad húngaros.

Mátyás Rákosi se dirige a una audiencia en Budapest en 1948.
Manifestantes anticomunistas y nacionalistas colocan una bandera nacional húngara sobre los restos de una estatua demolida de Stalin.
Tanque soviético destruido en las calles de Budapest durante la Revolución húngara de 1956.
El panfleto político anuncia: Se ha formado un nuevo gobierno. El primer ministro Imre Nagy es el jefe de Gobierno, 27 de octubre de 1956.
Una muchedumbre vitorea a las tropas nacionalistas húngaras en Budapest.
Manifestantes patean el cadáver de un soldado del ÁVH asesinado.
Durante la represión de la Revolución Húngara, los tanques T-54 patrullaron las calles de Budapest hasta que el Ejército Rojo se retiró temporalmente el 31 de octubre de 1956.
Manifestantes anticomunistas neerlandeses marchan en apoyo a la Revolución húngara. ( Eindhoven , Países Bajos , 5 de noviembre de 1956)
Un vehículo blindado de transporte de personal BTR-152 arde en llamas en Budapest, noviembre de 1956.
Edificios dañados tras la invasión soviética.
Una pintada en una ventana en Budapest dice: Ruszkik haza! ("¡Rusos, volved a casa!").
Escombros tras el fin de los combates en el distrito 8 de Budapest.
Monumento conmemorando a aquellos que murieron durante los combates del 26 de octubre de 1956.
Estatua de la "Pietà Húngara". Una representación de la virgen María la cual tiene en su regazo la bandera agujereada de la revolución de 1956 en lugar de a Cristo. Se halla en la ciudad de Szeged y fue erigida en 2006.