Mientras, Lajos Kossuth, un noble nacionalista húngaro, exponía —al frente de una delegación húngara— a la corte en Viena las reclamaciones y discutía con varios líderes rebeldes locales para asegurar la consolidación del movimiento en territorio húngaro.
Fernando V, rey húngaro (r. 1830-1848) y emperador austríaco, no quería dar su aprobación a la asamblea húngara que se reunía en Bratislava, pero el 16 de marzo se vio forzado a aceptarla ante la revolución.
El monarca decidió favorecer dicho movimiento y pronto su primo y Nádor de Hungría, el archiduque Esteban de Habsburgo (r. 1848-1849), nombró primer ministro húngaro al conde Luis Batthyány.
Cuatro días después, la asamblea nacional se trasladó de Bratislava a Budapest.
[1] Pronto las fuerzas imperiales tomaron el control en los territorios húngaros y el propio Fernando V negó su contribución en el nombramiento del gobierno depuesto.
Se sucedieron varios enfrentamientos en los que los húngaros consiguieron victorias sobre las tropas imperiales.
[2] El zar Nicolás I respondió y envió un ejército de 200 000 efectivos con 80 000 fuerzas auxiliares.
El impulso recibido por el creciente nacionalismo húngaro en el siglo XIX fue calando paulatinamente en la sociedad húngara, hasta que finalmente se dieron las circunstancias para la rebelión contra los Habsburgo influenciada por la guerra de independencia hispanoamericana.
Un partido liberal surgió en el Parlamento, y se concentraba en proveer al campesinado simbólicamente, ya que era incapaz de reunir los requisitos mínimos para los trabajadores.
El poeta Sándor Petőfi lideraba a sus amigos intelectuales Mór Jókai, Pál Vasvári y Gyula Bulyovszky entre otros, quienes en conjunto comenzaron a recitar los que serán conocidos como «Los 12 puntos» y un poema de Petőfi conocido como Nemzeti dal [Tonada Nacional].
Pronto avanzaron por las calles de Pest seguidos por una multitud de ciudadanos, incluidos ingenieros, médicos, y profesores, que continuaban dando a conocer las proclamas que pronto fueron reproducidas en una imprenta.
Con guerras que amenazaban desde tres fronteras (contra los croatas, en el Banato húngaro y en Transilvania), los radicales de Pest vieron una oportunidad.
Sin embargo, el Parlamento hizo concesiones a los radicales en septiembre para prevenir que los acontecimientos culminaran en confrontaciones violentas.
Durante la guerra civil subsecuente, los magiares junto con los revolucionarios extranjeros, tuvieron que luchar contra el ejército austriaco, pero también contra los serbios, croatas, eslovacos, rumanos y alemanes que habitaban territorios del Reino de Hungría, quienes poseían sus propias ideologías nacionales y estaban en contra de aceptar un dominio de los magiares.
Debido al triunfo de la resistencia hacia la revolución, Francisco José I tuvo que pedir ayuda al zar de Rusia, Nicolás I, y el ejército ruso invadió Hungría dando lugar a antagonismos entre las partes húngaras y rusas.
Lajos Kossuth se exilió en Estados Unidos (donde un condado en Iowa recibió su nombre), en Estambul, Turquía y en Turín, Italia.