[1] Tras la derrota de la República española fue internado en Francia hasta 1941, cuando pudo retornar a Hungría.
Rajk practicó la autocrítica, admitió que había cometido errores durante su ministerio, pero se negó a aceptar el cargo de espionaje.
[2] Su hijo, László Rajk, había nacido en enero del mismo año que fue ejecutado.
Su mujer fue encarcelada durante cinco años y su hijo fue enviado a un hospicio hasta que la madre fue puesta en libertad.
Rajk hijo se convirtió en un reconocido arquitecto, activista pro derechos humanos y político adscrito a los liberales demócratas húngaros.