Rafael Carrera

[2]​ Desde su ascenso al poder, permaneció gobernando directa o indirectamente, mediante presidentes propicios para esto, con apoyo de religiosos y conservadores.

Los estudios recientes argumentan que el levantamiento popular que Carrera encabezó, fue un exitoso movimiento de las masas campesinas contra la élite de la capital, y que una vez en el poder, el caudillo atendió a las reivindicaciones de dichos sectores pobres, protegiendo sus tierras contra los abusos y las adjudicaciones a extranjeros.

Fue el máximo dirigente de las fuerzas insurgentes, entre las que se encontraban numerosos indígenas.

[27]​ Morazán tuvo la oportunidad de fusilar a Carrera, pero no pudo pues necesitaba del apoyo del campesinado guatemalteco para poder contrarrestar los ataques de Francisco Ferrera en El Salvador; en lugar de eso, se vio obligado a nombrarlo como jefe militar de Mita, pero sin armas; cuando estaba en Mita, Ferrera lo invitó para reunirse, a lo que accedió; sabiendo que Morazán iba a atacar El Salvador, decidieron que Carrera iba a atacar la Ciudad de Guatemala y para ello Ferrera le dio mil armas y municiones.

[26]​[29]​ Ya sin Salazar, Carrera restituyó a Mariano Rivera y Paz, como gobernador de Guatemala; Rivera Paz a su vez lo nombró general en jefe del Ejército aunque en realidad era Carrera quien tenía el mando absoluto en Guatemala y se constituyó en un fuerte aliado de Ferrera.

[32]​ Al mediodía del 20 de enero de 1840, Carrera se dirigió a la frontera con el Estado de Los Altos para esperar al enviado del estado altense con la ratificación del ultimátum y el cargamento de armas;[33]​ mientras esperaba, arengaba a sus tropas diciéndoles que el enemigo liberal todavía tenía a Quezaltenango sumido en la opresión y la tiranía y que, junto con San Salvador, era el único obstáculo para que retornaran a sus hogares.

[35]​ Carrera impuso un régimen duro y hostil para los liberales altenses, pero bondadoso para los indígenas de la región —derogando el impuesto personal— y para los eclesiásticos restituyendo los privilegios de la religión católica; llamando a todos los miembros del cabildo criollo les dijo tajantemente que se portaba bondadoso con ellos por ser la primera vez que lo desafiaban, pero que no tendría piedad si había una segunda vez.

Carrera, para entonces ya un experimentado militar[e]​ supo plantar cara y batalla a Morazán hasta derrotarlo de manera fulminante, al grado que este, ayudado por Ángel Molina -quien era hijo del líder liberal Pedro Molina Mazariegos- y que conocía los callejones al oeste de la ciudad, tuvo que huir con sus predilectos disfrazado y gritando «¡Qué viva Carrera!» por el barranco del Incienso hacia El Salvador, para salvar la vida.

[14]​ En Guatemala, los salvadoreños sobrevivientes fueron fusilados sin piedad, mientras Carrera estaba fuera en persecución de Morazán, a quien no logró darle alcance.

Al conocer esta noticia, la mayoría de los miembros del cabildo salió huyendo y los pocos que quedaron quisieron retractarse y pedir perdón por haber tratado de formar el estado nuevamente.

¡Masacre!»[f]​ Como resultado, los criollos liberales quedaron debilitados y mermados, y los conservadores capitalinos atemorizados; pero las poblaciones indígenas de Quetzaltenango se dieron cuenta de que tenían un aliado fuerte en Carrera.

[g]​ Por ese entonces, José Milla y Vidaurre era liberal, y le escribió este himno crítico y mordaz al teniente general Carrera, himno que los liberales memorizaron de tanto repetir, a pesar de su escasa calidad poética: General, director, héroe, caudillo;Arcángel, qué sé yo cómo te llaman.Entre bordados mal envuelto pilloYa los pueblos, de ti venganza claman.

[45]​ Sin embargo, las condiciones del área eran inhóspitas y empezaron a mermar rápidamente la salud de los belgas.

[55]​ Al saber la noticia, y al enterarse del masivo apoyo de las diferentes etnias indígenas al general Carrera, el presidente Mariano Paredes, tras mucho deliberar con liberales y conservadores, finalmente siguió el consejo del conservador Luis Batres Juarros, quien le hizo ver que combatir a Carrera era abrir un frente en el occidente del país, y dispuso revocar la pena de muerte sobre Carrera y nombrarlo Comandante General de las Armas, con autorización para atender a la pacificación de los pueblos conmovidos en el oriente del país, y para dirigir las operaciones militares de la manera que lo creyere conveniente.

Paredes y Juarros tenían presente también la Guerra de Castas que estaba enfrentando a los nativos contra los criollos en Yucatán.

Al día siguiente, el presbítero Jorge Viteri y Ungo, Ministro del presidente Mariano Paredes —y quien luego sería nombrado como obispo de El Salvador en 1852— ordenó que se investigara al atacante y que su cadáver fuera trasladado a la Plaza Mayor «para obrar con respecto de él, de acuerdo con la Comandancia General».

[61]​ A partir de entonces, Sotero Carrera decidió que su hermano llevaría guardaespaldas en todo momento.

Entonces desperté azorado, me palpitaba recio el corazón, y dije: ¡Qué es lo que he hecho!

García Granados, naturalmente, no se dio por entendido; pero, al siguiente día, don Luis Batres Juarros, que era mentor de Carrera, fue a ver a su hermano político don Miguel que estaba todavía en la cama, como acostumbraba, hasta las doce del día — y le dijo: Dos semanas después ya estaba García Granados, junto con su esposa, en camino hacia París.

[64]​ El gobernante salvadoreño Doroteo Vasconcelos dio asilo a los liberales guatemaltecos, entre quienes estaba José Francisco Barrundia quien fundó un periódico para atacar a Carrera, aprovechando hechos como el del atentado del Marimbero.

Vasconcelos alimentó, durante todo un año a la facción rebelde «La Montaña», en el oriente de Guatemala distribuyendo dinero y armas entre los sublevados.

Por medio de este tratado, Guatemala otorgaba la educación del pueblo guatemalteco a las órdenes regulares de la Iglesia Católica, se comprometía a respetar las propiedades y los monasterios eclesiásticos, autorizaba el diezmo obligatorio y permitía que los obispos censuraran lo que se publicaba en el país; a cambio de ello, Guatemala recibía gracias para los miembros del ejército, permitía que quienes hubiesen adquirido las propiedades que los liberales habían expropiado a la Iglesia en 1829 las conservaran, percibía impuestos por lo generado por las propiedades de la Iglesia, y tenía el derecho de juzgar con las leyes guatemaltecas a los eclesiásticos que perpetraran crímenes.

Los Estados Unidos habían reconocido el gobierno nicaragüense de William Walker, a lo que todos los gobiernos conservadores de Centro América respondieron mandando ejércitos para derrocar al filibustero[72]​[k]​ Carrera arengó a sus tropas del siguiente modo: El entonces coronel José Víctor Zavala se incorporó a la columna guatemalteca en El Salvador, en donde se encontraba entonces y Francisco Dueñas, nuevo presidente de El Salvador movilizó ochocientos hombres al frente del general Ramón Belloso.

Entre tanto, os recomiendo la más estrecha unión con vuestros hermanos de El Salvador, Honduras y Costa Rica para llevar a cabo la obra común de lanzar del país a los que, sin derecho alguno, han venido a mezclarse en nuestras disenciones y a amenazarnos con la más oprobiosa servidumbre.» En 1857 se desató una epidemia de cólera que segó muchas vidas en el país, incluyendo la de la esposa del presidente, Petrona García.

[76]​ El comercio beliceño fue preponderante en la región hasta 1855, en que los colombianos construyeron un ferrocarril transoceánico en Panamá en 1855, permitiendo que el comercio fluyera más eficientemente en los puertos del Pacífico guatemalteco; a partir de este momento, Belice empezó a declinar en importancia.

[79]​ Finalmente, marcharon hacia la capital Comayagua para deponer al presidente interino José Francisco Montes Fonseca.

En 1839, la Asamblea de Guatemala, ya controlada por Carrera, reconociendo que los indígenas constituían la mayoría de la población del país, consideró necesario no solamente protegerlos, sino al mismo tiempo, desarrollar, mejorar sus costumbres y civilizarlos, para lo cual decretó el Código Indígena.

Llegado el último momento, llegó el arzobispo a visitarle con un paquete de escapularios que le mandaban las religiosas de todos los conventos; y con la ayuda del prelado, se persignó por última vez.

[87]​ A su muerte, se estableció una presidencia provisional ejercida por Pedro de Aycinena, quien convocó a elecciones en la cámara de representantes, quienes eligieron al mariscal Vicente Cerna y Cerna, quien continuaría con la línea conservadora de Rafael Carrera, y contra quien se alzó el ejército liberal comandado por Justo Rufino Barrios y Miguel García Granados, que tomaron el poder en la denominada Revolución Liberal de 1871, aunque el término correcto es «Reforma Liberal».

El historiador guatemalteco Manuel Coronado Aguilar era un admirador del general Carrera y así lo demuestra en sus obras: Fernando González Davison, en su libro La Montaña Infinita[90]​ hace referencia a los momentos que se vivían en Centro América y las luchas internas que terminaron con la Unión Centroamericana y utiliza la vida de Carrera en forma novelada para describir ese período.

Firma de Rafael Carrera.
El escritor e historiador liberal Lorenzo Montúfar cuando alguien le dijo en son de broma que Justo Rufino Barrios firmaba como «Burros» contestó «¡Y Carrera como Raca Carraca!» dando así origen al mito de que Carrera permaneció analfabeto toda su vida.
Doctor Mariano Gálvez durante su época de Jefe del Estado de Guatemala
Museo Nacional de Historia de Guatemala
Mapa de Guatemala en 1839. Obsérvese las fronteras no delimitidas con México en Yucatán y Chiapas, y que Belice todavía era un asentamiento inglés. [ 25 ]
Mariscal Serapio Cruz , experimentado militar guatemalteco. Para contrarrestar su carismática personalidad, Carrera lo hizo su compadre y fue amante de una de sus hermanas.
Escudo del Estado de los Altos esculpido en piedra en la tumba de los héroes altenses en el Cementerio de Quetzaltenango.
General Francisco Morazán .
Intentó invadir a Guatemala por segunda ocasión en 1840 luego de haber invadido en 1829 y expulsado a los miembros del Clan Aycinena y las órdenes regulares . En 1840 fue vencido por Carrera de manera aplastante, marcando el fin de su carrera en Centroamérica.
Mapa de la región del Lago de Izabal y del distrito de Santo Tomás. La región en amarillo corresponde al área que había sido cedida a perpetuidad por Carrera para la colonia belga.
Mapa original de la República de Guatemala en 1847.
Moneda con la efigie del presidente Rafael Carrera.
Castillo de San José en la Ciudad de Guatemala. Fortaleza militar construida por Carrera.
Acta en donde se declara presidente vitalicio a Rafael Carrera
Museo Nacional de Historia de Guatemala .
Coronel José Víctor Zavala. Comandante de las fuerzas guatemaltecas durante la Guerra contra los Filibu steros .
Última fotografía del capitán general Carrera.