En la evolución de estas corporaciones han influido múltiples factores, tanto religiosos como artísticos, sociales e históricos.
Cada Viernes Santo lleva a la imagen del Cristo Yacente, cargado por ciento cuarenta personas cada cuadra.
Orden Franciscana Aunque durante la Edad Media ya existieron cofradías en España, no fue hasta el siglo xvi cuando se consolidaron las hermandades de pasión o penitencia como asociaciones que veneran la pasión y muerte de Cristo y le rinden culto con una salida procesional.
En 1765 se publicaron las reformas borbónicas de la Corona española, que pretendían recuperar el poder real sobre las colonias y aumentar la recaudación fiscal.
La real hacienda subastaba el estanco anualmente y un particular lo compraba, convirtiéndose así en el dueño del monopolio de cierto producto.
La política de disminución de poder de la iglesia se basaba en la Ilustración y tenía seis puntos principales: En América las relaciones entre la corona española y la Iglesia católica se fueron resquebrajando en el siglo xviii; pero también hubo problemas entre el clero secular y el clero regular, ya que se estaba secularizando las doctrinas del clero regular.
Cesaba todo el tráfico, se cerraban las puertas de las garitas y a los campesinos que vivían en los alrededores y que surtían los víveres de primera necesidad tenían prohibida la entrada a la población.
Se escribían textos como éste: «Preciso es que asistamos todos a los oficios con espíritu de fervorosa piedad»; o bien como éste: «nada tenemos que recomendar a las autoridades civiles sobre el buen orden de las procesiones públicas, porque actos son éstos que el cristiano no debe profanar; pero si por desgracia nuestra tuviese en ellos entrada el espíritu de impiedad, que todo lo corrompe, caerá sobre sus autores la maldición del cielo y la reprobación del verdadero creyente.»[11] A las damas se les hacían recomendaciones como esta: «recuerde, sí, la mujer, ese sexo devoto por excelencia, que no es esta la época aparenta para cautivar con sus hechizos el corazón del hombre; y que por lo mismo les conviene deponer, al tiempo de asistir a la práctica de los ejercicios religiosos todo espíritu de vanidad y galantería, apareciendo en los templos con aquel aire misterioso y sombrío de la mujer casta y pura; porque si en los días comunes de la vida deben ser ellas un modelo de candor, honestidad y pureza, virtudes que enaltecen su condición, con cuanta mayor razón deben esforzarse en que éstas resplandezcan con una brillantez diamantina en los consagrados al Señor».
[12] El Lunes Santo era la velación de la imagen de Jesús de la Merced, la cual era colocada en un suntuoso altar; el templo no se daba abasto para dar cabida a los devotos que concurrían a escuchar la orquesta y a los mejores cantantes del país que interpretaban el Stabat Mater, obra clásica del compositor guatemalteco Benedicto Sáenz.
El miércoles no había celebración especial, y era hasta el Jueves Santo que continuaban los ritos litúrgicos, cuando se celebraban actos solemnes en todas las iglesias, y al de la Catedral asistían las autoridades del Estado; por la tarde y noche, numerosos devotos recorría las múltiples iglesias de la capital a visitar los sagrarios -que eran monumentos suntuosos que se levantaban en todos los templos- rezando en voz alta mientras iban visitando cada templo.
[14] Durante el Jueves Santo por la noche también se observaban penitentes autoflagelándose en las calles; unos llevaban piedras en las manos, con los brazos en alto, confesando sus pecados a gritos, mientras que otros iban gateando desde la Plaza de Armas hasta la iglesia de El Calvario.
[22] De acuerdo a Rodas, los tres Nazarenos tienen una posición similar de la mano, la mirada, muestran un singular movimiento girado en los hombros y la posición coincidente del rostro, que son patrones que permiten ser atribuidas al mismo tallador.
Un año más tarde, se le cambió la cabellera de rizos -que le acercaba a los patrones barrocos españoles- por otra lacia, con el objeto de darle un efecto más natural y acentuar el espíritu romántico francés.
En 1933, salieron por primera vez en Guatemala ocho romanos, pero los trajes se deterioraron por no tener almacenamiento adecuado.
Los ramos bendecidos santifican a la persona que los porta y consagra la casa donde se colocan.
[25] La imagen salió en procesión por primera vez en 1948, aunque la procesión del Domingo de Ramos ya se efectuaba desde 1892 con otra imagen, aprovechando la apertura del gobierno de José María Reyna Barrios.
[25] La imagen originalmente fue un Sagrado Corazón, pero fue modificada para representar la entrada triunfal a Jerusalén de Cristo.
La ermita fue construida a finales del siglo xvii como prueba de devoción porque, en 1683, una cruz ubicada en el lugar tembló "milagrosamente".
Según el historiador Miguel Álvarez, la petición de los carpinteros para edificar la iglesia fue aprobada por las autoridades en 1778.
Al poco tiempo, en 1826, se sabe que el Nazareno estaba en el Cerrito del Carmen y, en 1859, ya estaba en el templo de San José, donde quedó resguardada definitivamente.
Cuatro años después se bendijo la nave central del edificio y estuvo en disposición de acoger a la feligresía.
[24] Por disposiciones del Arzobispado, en 1994, el templo fue elevado al rango de Santuario Arquidiocesano y fue consagrado en 1997.
Antiguamente la banda de músicos que acompañaba el cortejo llegaba a tener hasta 100 miembros.
Los datos históricos que existen sobre esta imagen no son concluyentes y se basan en análisis estadísticos de imágenes similares.
Las andas que portan a Jesús del Rescate son de ochenta brazos.
En 1784 la imagen remozada del Nazareno fue trasladada a la nueva capital, donde ha estado presente en las celebraciones de Semana Santa.
En 1925, como conclusión del Año Santo, el papa Pío XI, en su encíclica Quas Primas, estableció la festividad de «Cristo Rey».
El cortejo se inicia con la marcha Oficial «Una lágrima» de Manuel Enrique Moraga - quien la compuso en honor su madre cuando esta falleció-.
Cuenta con detalles anatómicos muy impactantes, como los hilos de sangre y golpes que se pueden apreciar fácilmente gracias a que suele salir en procesión solamente con un sudario dejando a la vista todos estos detalles.
[cita requerida] El cortejo procesional del viernes santo es antecedido por una serie de actividades que se dan desde la mañana en el templo recoleto.