Terremoto de Guatemala de 1976

[1]​ Hubo licuefacción y borbotones de arena en varios lugares con alta intensidad sísmica.

[10]​ Las réplicas también provocaron víctimas mortales cuando a éstas les cayeron paredes de casas en ruinas sobre los albergues que habían instalado en las aceras junto a las paredes inestables; los sobrevivientes optaron entonces por mover sus albergues al centro de las calles.

[12]​ Tampoco hubo un incremento en problemas psicosomáticos entre los sobrevivientes, a pesar de la experiencia traumática que padecieron.

[13]​ Los problemas que sí se dieron fueron: diarrea, problemas pulmonares y oculares, estos últimos por la cantidad de polvo que se levantó de los escombros y por las réplicas.

[17]​ A medida que se recuperaban los cuerpos la magnitud del desastre quedaba al descubierto; las autoridades organizaron la excavación de tumbas colectivas, la cantidad de muertos era tan grande que no tuvieron alternativa.

Varios departamentos del país fueron afectados por el sismo: Chimaltenango, Chiquimula, El Progreso, Guatemala, Huehuetenango, Izabal, Sacatepéquez y Sololá al igual que muchos pueblos y ciudades; las instalaciones portuarias de Puerto Barrios, cabecera del departamento de Izabal, quedaron destruidas por el terremoto.

[21]​ en Santa Apolonia hubo más de 600 muertos en el casco urbano y rural, en Lavega, una aldea entre Santa Apolonia y san José Poaquil, hubo deslaves de cumbres que se encontraban en aquella carretera, enterrando así más de 20 hogares, varias familias fueron a refugiarse en la municipalidad por unos días en lo que todo se calmara, Doña Olivia es una señora ya grande que presencio todo junto a sus hijos y que gracias a ella pudimos saber ms datos exactos de aquel trágico día La Ciudad de Guatemala y sus alrededores sufrieron los peores daños, a pesar de estar lejos del epicentro del temblor; ciudades como Mixco y Villa Nueva y la periferia de la ciudad quedó más destruida que el centro debido a que las casas estaban hechas de adobe, el Palacio Nacional y la vecina Casa Presidencial no sufrieron mayores daños.

[22]​ Los templos católicos de la Catedral Metropolitana,-que sufrió daños en sus torres las cuales se habían vuelto a reconstruir tras haber sido destruidas por los terremotos de 1917 y 1918, los cuales también hicieron colapsar la cúpula elíptica que tenía en ese entonces-,[23]​[24]​ la Iglesia la Recolección y la Ermita del Carmen en el cerro del mismo nombre sufrieron daños considerables.

[25]​ El sismo cortó el agua potable[26]​ y los abastecimientos rápidamente se agotaron pues tanto las tiendas de abarrotes como las panaderías permanecieron cerradas, obligando a los sobrevivientes a hacer largas colas para obtener alimentos,[27]​ los cuales eran repartidos por elementos del ejército.

[30]​ El hospital para niños especiales quedó destruido y se improvisaron albergues temporales con sábanas en las calles aledañas; los padres tuvieron que llegar a hacerse cargo del albergue de sus hijos.

[34]​ La carretera al Atlántico sufrió daños principalmente entre el kilómetro cero en el palacio Nacional y el kilómetro 80 -en El Rancho[35]​ A las dos semanas y media el Ministerio de Comunicaciones ya había construido una vía de acceso para las comunidades que habían quedado incomunicadas.[36]​.

La vía no fue abierta al tráfico comercial al inicio porque todavía era muy peligrosa, pero Sanarate, Guastatoya y los poblados intermedios con la ciudad de Guatemala ya tenían una vía de acceso emergente.

[4]​ El sismo también impactó el trabajo artesanal, pues la mayoría de artesanos perdieron materias primas, instrumentos de trabajo, productos terminados y hornos destruyéndose objetos valiosos y pintorescos, expresivos de la cultura indígena y colonial, por lo que los productores artesanales enfrentaron temporalmente el impacto económico causado por el desastre.

[40]​ Apenas tres semanas luego del terremoto las panaderías estaban funcionando nuevamente;[41]​ aunque la infraestructura de dieciséis a diecisiete departamentos quedaron destruidos[42]​ pero no incomunicados pues los servicios de correo al extranjero se normalizaron al día siguiente del terremoto, y la distribución local no fue afectada en sus rutas,[43]​ pero sí en sus destinatarios, con muchos mensajes que no se pudieron distribuir porque la persona había fallecido o porque la casa se había derrumbado.