El edificio fue severamente dañado en 1917-18 por los terremotos de esos años y finalmente demolido en 1923.
Pero la situación política del país con constantes guerras civiles entre liberales y conservadores y un alzamiento indígena dirigido por Rafael Carrera que terminaron por derrocar a Gálvez en 1838, no permitieron que se construyera el teatro.
[5] El proyecto fue retomado en 1852 cuando Juan Matheu y Manuel Francisco Pavón Aycinena presentaron a Rafael Carrera un nuevo plan.
Cuando la obra se puso en marcha, estuvo a cargo del ingeniero Miguel Rivera Maestre, pero éste renunció poco después, siendo sustituido por José Beckers, profesional especializado en Alemania, quien construyó las fachadas de marcado helenismo y agregó un vestíbulo.
[7] Durante mucho tiempo los actores estuvieron excluidos del derecho común, pues la profesión dramática no era considerada como un oficio honorable.
[5] La comunidad italiana que radicada en Guatemala donó una estatua del marino genovés Cristóbal Colón, la cual fue colocada al lado del Teatro, el que se llamó desde entonces «Teatro Colón».
[11] Para que el teatro pudiera ser digno de los festejos, también se aprobó una erogación de fondos especial para el efecto, pues adicionalmente, la colonia italiana había ordenado levantar en una plazoleta al frente del edificio, un monumento al descubridor, como obsequio para la tierra que los había acogido.
«Que el gobierno al aceptar con benevolencia tan valioso donativo, no puede menos que dictar una disposición apropiada, que corresponda a la gratitud del pueblo guatemalteco hacia el marino distinguido que hizo figurar al Nuevo Mundo en el concurso de los continentes civilizados.» Por tanto, en Consejo de Ministros, decreta: Artículo único: «Desde esta fecha en adelante, el Teatro Nacional de Guatemala, se denominará Teatro Colón».