Sus padres fueron el guatemalteco Agustín Gómez Carrillo y la ciudadana española Josefina Tible, de origen belga.
En 1881 la familia Gómez viaja a España y cuando regresa a América se fija en Santa Tecla, en El Salvador, porque no les agradaban los métodos de gobierno del general presidente Justo Rufino Barrios.
[5] Ingresó al Instituto Nacional Central para Varones en donde sus compañeros le molestaban llamándolo «Comestible», razón por la que decidió cambiarse el apellido por «Gómez Carrillo», como su padre.
Tras pasar miserias y desilusiones, Gómez Carrillo emprendió el regreso a París, en agosto de 1892.
[9] En 1893 publicó su segunda obra Sensaciones de Arte, la cual le valió que alguien lo llamara «el genio de 21 años»; Gómez Carrillo vivía en París y disfrutaba el ajenjo con sus amigos literatos, pero escribía en español porque la habilidad que tenía con la lengua castellana no se trasladaba a la lengua francesa.
[10] Al año siguiente publicó Literatura Extranjera, Estudios Cosmopolitas, la cual fue aclamada por la crítica y elevó su prestigio a gran escala; ya no quedaba literato famoso que no lo conociera en París, y hasta Guatemala llegaban los ecos de su fama.
Ese mismo año fue nombrado académico correspondiente de la Real Academia Española.
[14] Así se inició su carrera política: como portavoz del presidente Estrada Cabrera en La Idea Liberal.
He aquí un ejemplo que se encuentra en El Guatemalteco, Diario Oficial de Guatemala: Años más tarde, el presidente argentino Hipólito Yrigoyen le nombraría también representante de Argentina en la misma ciudad.
Atacó al presidente de turno, general José María Orellana -quien había sido jefe del Estado Mayor del ejército de Estrada Cabrera- pero fue refutado por la prensa local y tuvo que rectificar aduciendo que comprendía que ya no se estaba viviendo la «dictadura del tirano de La Palma».
También fue un hábil entrevistador, siendo una de sus más famosas entrevistas la que le hizo al papa Benedicto XV durante la guerra; el papa lo recibió a pesar de ser Gómez Carrillo un reconocido casanova y escritor herético.
En 1907 empezó a publicar la revista El Nuevo Mercurio, la cual contó con contribuciones de primera calidad del mundo literario hispanoamericano: además de Gómez Carrillo, escribieron en la revista Catulle Mendes, Jean Moréas, Ruben Darío, José María Vargas Vila, Miguel de Unamuno, Manuel Ugarte, Amado Nervo, entre otros.
[27] Pero hubo algunas damas que lograron, aunque fuera por corto tiempo, tenerlo para ellas solas: Gómez Carrillo conoció a la famosa cupletista española Raquel Meller hacia 1912.
En su autobiografía, el almirante Wilhelm Canaris, jefe de los servicios secretos alemanes, cuenta que fue él quien la entregó a los franceses cuando sus servicios ya no eran necesarios para Alemania, aunque esta aseveración todavía se mantiene como hipótesis.
El comité tuvo entre sus colaboradores a Miguel Ángel Asturias y Federico Hernández de León, quienes pusieron a la orden del Comité, el Diario del Aire, y Nuestro Diario, respectivamente.
Dicho capítulo dice: «desde que murió Darío en 1916, se han sucedido muchos libros acerca del modernismo.
Además, ha carecido de algo indispensable para la inmediata celebridad: parientes bienqueridos y gobierno amparador.» Y más adelante agrega: «[...] en Guatemala inquiriendo sobre Gómez Carrillo, no me informó nadie.