En 1943 fue trasladado al parque de Jocotenango debido a la construcción del Palacio Nacional por el gobierno del general Jorge Ubico Castañeda para finalmente ser ubicado en su lugar definitivo por la municipalidad de Guatemala en 1962.
En los cuatro costados del pedestal, se ven otras tantas inscripciones sobre metal, en diversos idiomas; al Occidente y frente a a la puerta de entrada, se lee la castellana, que dice así: “¡Hombre sin igual!
Se gloría de ser el primero en Centro América que os erige un monumento y conmemora vuestro día glorioso; se apesara porque sus proporciones no le permitan hacerlo cual vos merecéis.
El maestro don Juan Aberle, escribió también de su puño y letra, sobre la partitura musical del Himno, la siguiente dedicatoria: Al Colegio de Infantes, el primero en celebrar las glorias del inmortal Colón.
El premio principal lo recibió el licenciado Antonio Batres Jáuregui por su obra biográfica Cristóbal Colón y el Nuevo Mundo.
[5] El contrato contemplaba, «un monumento a Cristóbal Colón, de nueve metros de altura, conforme se marca en la escala puesta al pie del plano respectivo», y la forma y detalles artísticos debían corresponder a los propuestos por Mur en el plano presentado al Gobierno.
[5] Por el valor total de la obra, el gobierno se comprometió a pagar la suma de dieciocho mil pesos guatemaltecos: tres mil pesos al aprobarse este contrato por el jefe del Ejecutivo y mil quinientos pesos mensuales durante los diez meses siguientes, hasta completar la suma acordada.
[2] De pie, en una semiesfera que representa el mundo conocido antes del descubrimiento de América, se encuentra tres figuras atléticas que representan a la Ciencia, la Fuerza y la Constancia.
[4] Finalmente, un quetzal simboliza a Guatemala, batiendo sus alas sobre la tierra americana, rindiendo tributo al ilustre marino genovés.