Inmediatamente después regresó a San Marcos, en donde se dedicó al cultivo del café, ya que su padre había colaborado con la Reforma Liberal y había obtenido una finca cafetalera en premio.
[3] Durante el gobierno del general Justo Rufino Barrios, fue profesor de enseñanza secundaria y diputado varias veces.
[3] También influyó en el presidente Reina Barrios para que éste nombrara como Ministerio de Gobernación al licenciado quetzalteco Manuel Estrada Cabrera.
Posteriormente, el secretario de Estado emitió el correspondiente acuerdo, que contenía el programa de festejos y que contemplaba una procesión escolar que recorriera las principales calles de la ciudad el día 11 de octubre, terminando a los pies del monumento provisional a Cristóbal Colón[8] que había sido construido frente al Teatro Colón por el gobierno del general Manuel Lisandro Barillas Bercián.
El premio principal lo recibió el licenciado Antonio Batres Jáuregui por su obra biográfica Cristóbal Colón y el Nuevo Mundo.
[8] En enero de 1897 se iniciaron las revueltas en contra del gobierno de Reina Barrios; tras un ligero combate, invasores que intentaron derrocar al presidente fueron derrotados y sus líderes -Tadeo Trabanino, Braulio Martínez, Juan Vargas y Anselmo Fajardo- apresados, juzgados y fusilados el mismo día.
Aparte de Estrada Cabrera, los otros candidatos que se presentaron a la elección fueron: José León Castillo, quien contaba con cinco clubes castillistas en la capital y setenta en los departamentos, y quien era el candidato más fuerte;[16] Francisco Fuentes, quien tenía la mayoría de sus partidarios en Quetzaltenango; y Próspero Morales.
[20] El comandante nombrado para combatir la invasión fue el expresidente Manuel Lisandro Barillas Bercián, quien en poco tiempo logró controlar la situación, derrotando a los rebeldes en Vado Ancho el 5 de agosto de ese año.
[21] Durante las tres semanas que duró esta revolución, la prensa tuvo prohibido publicar cualquier noticia acerca del levantamiento y todos los telégrafos fueron intervenidos.