Este berrocal está formado por numerosos riscos, paredes rocosas, canchales, arroyos y praderas.
En esta zona abundan los matorrales mediterráneos, como la jara, y otros propios de la alta montaña, como el piorno.
Hasta aproximadamente el siglo XX, esta zona era conocida por los pastores y transeúntes como "Las Pedrizas".
Al oeste está limitado por la garganta del Manzanares, por donde transcurre el río Manzanares, y al este por el Arroyo del Mediano y el Hueco de San Blas.
La segunda parte, que está al norte de El Alcornocal y al sur del arroyo de la Dehesilla, se conoce como la Pedriza Anterior, cuyo pico más importante y representativo es el Risco del Yelmo (1719 m).
Existen pequeños valles orientados generalmente de oeste a este, como son el caso del Hueco de las Hoces, en el oeste, la Gran Cañada, en el sur, y el Hueco del Recuenco, en el este.
Los picos y riscos de La Pedriza toman su nombre del objeto al que su figura se asemeja.
Al acercarse a la superficie se cristalizaron los minerales que en el caso del granito son el cuarzo, feldespato y mica.
Después de enfriarse se producen roturas y fragmentación en las rocas (diaclasas).
El predominio de feldespato y cuarzo hace prevalecer el color grisáceo claro.
Al oxidarse el hierro que contienen las micas biotitas aparece el característico color ocre-rojizo de La Pedriza.
Una vez que el granito está en el exterior, el agua y el hielo penetran por las grietas fragmentando los bloques.
Durante el Paleozoico superior (entre 290 y 250 Ma) dichos materiales se fracturan.
Al final del Mesozoico, en el Cretácico, se produce una importante transgresión marina del antiguo mar de Tetis, cubriendo el mar la penillanura y pasando a formar entonces toda la zona el extremo suroeste de una amplia plataforma continental ibérica, en la que se depositarán las arenas y calizas que pueden verse hoy a ambos lados del Sistema Central y en el valle del Lozoya.
La erosión del macizo rocoso provoca el relleno sedimentario de las cuencas con arcosas.
A medida que se asciende, las formaciones vegetales son cada vez más propias de la alta montaña, quedando las plantas mediterráneas en las zonas más bajas de La Pedriza.
Entre los matorrales se da el brezo, cantueso, enebro, gayuba, helecho, jara, majuelo, piorno, retama, romero y tomillo.
Hay hongos en los pinares: colmenilla, níscalo, lepiota y rebozuelo; así como en los prados: seta de cardo.
[cita requerida] En estos ecosistemas desarrolla su vida una gran cantidad y variedad de fauna salvaje, encontrándose mamíferos como cabras montesas, ciervos, jabalíes, corzos, gamos, tejones, varios mustélidos, gatos monteses, zorros, liebres, etc. Hay que destacar la existencia de aves migratorias que habitan temporalmente La Pedriza.
Entre las especies de mamíferos figuran ardilla roja, comadreja común, cabra montesa, conejo, corzo, gineta, jabalí, liebre, lirón careto, lobo ibérico, nutria, tejón y zorro común.
Se encuentran en La Pedriza especies de ave como abejaruco, abubilla, agateador común, alcaudón real, arrendajo, carbonero, codorniz, cuco, chocha perdiz, chochín, chova piquirroja, herrerillo capuchino y común, martín pescador, mirlo acuático y común, reyezuelo, oropéndola, perdiz roja, petirrojo y picapinos.
Desde esta misma vía, y en Manzanares el Real, sale una carretera asfaltada que atraviesa el Collado de Quebrantaherraduras (1082 m) y termina en Canto Cochino, un área recreativa con un aparcamiento para vehículos con 250 plazas situado en el límite oeste de La Pedriza.
Por este motivo, Manzanares el Real es el punto de partida para muchos montañeros que se adentran en La Pedriza.
En cuanto a transporte público, solo hay una línea de autobús que comunica Madrid con La Pedriza.
Desde mediados del siglo XIX la Pedriza fue utilizada como refugio de bandoleros aprovechando su difícil acceso y su escabroso paisaje.
También en ese año fue el primer montañero que asciende al risco del Yelmo, aunque probablemente pastores lugareños anónimos lo hicieran con anterioridad.
En sus alrededores todavía quedan restos de las construcciones que en su día se usaron para la explotación.
El equipamiento y mantenimiento de las vías tradicionalmente lo hacen los propios escaladores, aunque en la actualidad las instituciones oficiales se están empezando a implicar también.
[13] Existen docenas de caminos y senderos que discurren por La Pedriza.
Concretamente, en Manzanares el Real, el crecimiento del pueblo por la ladera sur de La Pedriza se encuentra muy retenido gracias a la protección medioambiental que da el parque regional de la Cuenca Alta del Manzanares.