El escudo heráldico que representa al municipio fue aprobado en 1974 con el siguiente blasón:
Debido al asentamiento y expansión hacia el sur de los segovianos en estas tierras, comienza en aquellos días una pugna entre estos y los madrileños que se solventó, pasados los años, cuando Alfonso X incorporó estos lugares a la Corona, pasando entonces a denominarse El Real de Manzanares.
Todo el castillo está circundado por una barbacana cuyas saeteras llevan esculpidas en bajo relieve la cruz del Santo Sepulcro de Jerusalén, por el título que gozó Pedro González de Mendoza.
La galería gótica del primer piso está considerada como la más bella de la geografía nacional.
Sólo se mantienen en pie dos muros, integrados dentro de un recinto ajardinado.
Su estilo arquitectónico no es definido, por las modificaciones sustanciales de que ha sido objeto, mezclando el románico con el gótico sin formar unidad.
La ermita está situada sobre la Peña Sacra, como su propio nombre indica, desde donde se domina una amplia panorámica de La Pedriza.
Quizá su culto sea sucesor de otros indoeuropeos durante el i milenio a. C., centrados en ritos al aire libre.
Se ignora con exactitud el momento en que empezó el culto cristiano a la Virgen de la Peña Sacra, dadas las dificultades de hallar documentos anteriores al siglo XVI.
Actualmente existe mucha devoción por esta Virgen, aunque no es patrona de la localidad.
En 1769, durante la celebración de su festividad, la falta de cuidado con las velas que rodeaban a la Virgen hizo que se prendiera fuego en la iglesia, salvándose sólo la sacristía y quedando el edificio sin torre, techumbre, ni imágenes sagradas.
En épocas más recientes, la ermita se ha visto envuelta en nuevos acontecimientos.
El Museo Etnológico y Arqueológico dispone igualmente de una sala destinada a los restos arqueológicos que se vienen hallando en los diferentes yacimientos del Municipio de Manzanares.
En ambos casos se llevan a cabo bellas procesiones de notable fervor religioso.
Como fiestas profanas cabe destacar los carnavales, con el tradicional entierro de la sardina en la plaza del pueblo.