Los Barruecos

Este reconocimiento oficial se debió en gran medida a la repercusión mediática que generó el proyecto del Museo Vostell Malpartida en el año 1976, que fue promovido y ubicado en esos terrenos por el artista alemán afincado en Extremadura Wolf Vostell, pintor, escultor, pionero de la Instalación y del Videoarte y una de las figuras más destacadas del movimiento Fluxus.

Ejemplo paradigmático de la arqueología preindustrial y citado en su momento por estudiosos como Pascual Madoz, Antonio Ponz o Juan Agustín Ceán Bermúdez, experimentó un proceso de ampliación debido al auge de la industria a la que se dedicaba a lo largo del siglo XIX, para sufrir posteriormente el abandono y la ruina durante el siglo XX.

Estas aves construyen sus nidos sobre los bolos graníticos, generando con ello la imagen más emblemática de este paisaje.

En cuanto a la flora, en origen más arbolada, derivó hacia otra formada en su mayoría por diversas especies de matorrales (retamas, codeso) debido a las actividades agrarias y ganaderas en el ecosistema.

De épocas más recientes se han hallado sillares con inscripciones y tejas que datan de la época romana, y también son conocidos algunos enterramientos antropomorfos tallados en roca del periodo altomedieval.

Sumados al antiguo Lavadero, del siglo XVIII, y a diversos molinos harineros, todos estos restos constituyen un interesante registro arqueológico de la presencia y actividades humanas en la región.

Peñas del Barrueco de abajo.
Barrueco de arriba.
Grabados rupestres.
VOAEX (Viaje de (H)ormigón por la alta Extremadura), 1976, escultura de Wolf Vostell en Los Barruecos, Malpartida de Cáceres, Museo Vostell Malpartida.