El antropónimo aparece siempre escrito como
De ese modo, la forma restituida por Garcilaso
Su ayo Micuymana fue quien le enseñó lengua, historia y leyes, así como el manejo de los quipus.
[19]Fue admirado por los nobles incas, pues tenía la valentía, inteligencia y madurez que tanto le hacía falta a su medio hermano, Urco, quien había sido nombrado sucesor de Huiracocha.
[25]La primera batalla fue en Cuzco, donde todos los habitantes participaron en la defensa, construyendo fosas cubiertos por ramas y tierra donde cayeron muchos chancas al cargar.
[28] Una vez derrotados los chancas, los incas alistaron las celebraciones en Cuzco a las cuales Huiracocha fue invitado por Cusi Yupanqui; sin embargo, Huiracocha se negó a recoger el fruto de la victoria, pues consideraba que ello debía hacerlo Inca Urco, por ser el correinante al momento de la invasión chanca.
Del Antisuyo se traían innumerables cestas de coca, hierbas y resinas aromáticas; de los yungas, por su parte, llegaban conchas utilizadas en los sacrificios, así como pimientos y rocotos rojos que serían empleados para sazonar el banquete real.
[31]Conforme se aproximaba el día de la ceremonia, los curacas y nobles confederados invitados hacían su ingreso en la capital con gran fastuosidad rodeados por su séquito.
Para la ocasión, tomó como coya ("esposa principal") a Mama Anahuarque, natural del Aillu Chocco.
Para ello el viejo Inca debió beber una olla llena de chicha hasta dejarla vacía.
Sin ninguna objeción, Huiracocha cumplió lo ordenado y, al terminar, se inclinó pidiendo perdón por haber abandonado el Cuzco en plena guerra.
[38] Pachacútec estableció su cuartel en Soras y permaneció allí todo el invierno, pues las lluvias le impedían continuar.
[39] Después de permanecer algún tiempo en Soras, Pachacútec levantó su cuartel general y se desplazó hacia Huamanga, conquistando todos los pueblos visitados en el trayecto.
Cuando llegó a este lugar, Pachacútec mandó construir un Templo del Sol y varias edificaciones.
[40] Una vez dominada toda la región de los chancas y sus confederados, se emprendió el regreso a tierras cusqueñas.
[42] Al poco tiempo, Pachacútec reinició su campaña militar expansionista, enviando un grupo de soldados al mando de Apo Conde Mayta hacia la frontera con los collas, poderoso grupo que tenía como señor a Chuchi Cápac, también conocido como el Colla Cápac.
No tardó Pachacútec en unirse a estas tropas de avanzada, ingresando en tierras enemigas hasta llegar al pie del Vilcanota.
Su siguiente destino fue el territorio de Condesuyos: sus conquistas le llevaron por Arequipa y Camaná.
[49] La primera de dichas expediciones fue encargada a su hermano Cápac Yupanqui hacia territorios del Chinchaysuyo, y las demás a su hijo y sucesor Túpac Yupanqui tanto al norte como al sur del imperio.
Cápac Yupanqui les ofreció la paz a cambio de someterse, pero los huancas se negaron y resistieron con valor.
Los confederados tuvieron ventajas sobre los cusqueños debido a la ubicación elevada de sus fortalezas que las hacían inexpugnables.
Ello provocó las críticas de los nobles, por lo que Pachacútec decidió separar a Amaru Yupanqui del correinado.
En su lugar fue elegido el otro príncipe Túpac Yupanqui, que por entonces tenía 18 años de edad y estaba recién casado con su hermana Mama Ocllo II.
[58] Si bien la región entre el Cuzco y Cajamarca ya había sido anexada al imperio, quedaban todavía focos aislados de resistencia.
En otra salida, Túpac Yupanqui marchó a la conquista de Cutervo, Huambo, Chota, llegando posiblemente hasta Huancabamba.
Habían transcurrido cuatro años desde que dejara el Cuzco, pero pese a que era requerido en la capital, inició otra campaña de conquista en el norte, en la costa del actual Ecuador, entre Manta y Guayaquil, donde derrotó a los chonos, huancavilcas, punaeños y paches.
Entusiasmado por esta noticia, el joven inca organizó una nutrida flota de balsas, que partió desde Manta a descubrir dichas islas.
[64] Victorioso y con abundante botín, Túpac Inca Yupanqui emprendió el retornó al Cuzco, del cual había estado ausente durante seis años.
Su momia fue llevada en su tiana o asiento, cargada por los grandes señores hasta la plaza Aucaypata, donde se le rindió homenaje.
Yamqui Yupanqui, ya anciano, renuncia a un golpe de Estado y, en cambio, confirma al sucesor designado.