La mujer (del latín mulĭer, -ēris) o fémina (femĭna)[3] es el ser humano de sexo femenino.
La violencia contra las mujeres, ya sea en las familias o comunidades, tiene una larga historia y es cometida principalmente por hombres.
A las mujeres transgénero se les asignó el sexo masculino al nacer y tienen una identidad de género femenina,[5] mientras que las mujeres intersexuales tienen características sexuales que no encajan en las nociones típicas de la biología femenina.
[6] Durante el desarrollo fetal temprano, todos los embriones tienen genitales fenotípicamente femeninos hasta la semana 6 o 7, cuando las gónadas de un embrión masculino se diferencian en testículos debido a la acción del gen SRY en el cromosoma Y.
[7] Debido a que los humanos heredan ADN mitocondrial solo del óvulo de la madre, los investigadores genealógicos pueden rastrear el linaje materno mucho tiempo atrás.
La pubertad femenina desencadena cambios corporales que permiten la reproducción sexual a través de la fecundación.
[10] Los humanos son similares a otros grandes mamíferos en el sentido de que suelen dar a luz a una sola cría por embarazo, pero son inusuales en comparación con la mayoría de los otros grandes mamíferos por ser altriciales, lo que significa que las crías no están desarrolladas en el momento del nacimiento y requieren la ayuda de sus padres o tutores para madurar por completo.
[7] Los estrógenos, que son las hormonas sexuales femeninas primarias, tienen un impacto significativo en la forma del cuerpo de una mujer.
[21][22][23] Como resultado de los estrógenos, durante la pubertad, las niñas desarrollan senos y sus caderas se ensanchan.
[33][34] Aunque existe gran diversidad, dependiendo del tipo de sociedad matrilineal, patrilineal, cazadores recolectores, agrícola filiación, suele decirse que desde la prehistoria, las mujeres han asumido un papel cultural particular normalmente diferenciado y muchas sociedades documentadas han conocido la división sexual del trabajo, por el cual las tareas necesarias para la subsistencia eran asignadas en función del sexo de la persona.
[36][37] En la antigüedad clásica, tanto griegos como romanos documentaron ampliamente que muchos otros pueblos mediterráneos y europeos de hecho no eran patriarcados.
En muchos pueblos existía una organización matrilineal, esto está documentado en varias sociedades protohistóricas de Europa.
Existen abundantes elementos para pensar que originalmente entre los lidios, etruscos, astures, minoicos y algunos pueblos germanos las féminas tenían un papel mucho más preponderante que en la sociedad griega y romana.
Tal es así que la mujer se representaba en la imagen de la novia, la prometida, la casada, la viuda, es decir, siempre ligada inexorablemente a un varón que debía responsabilizarse de ella y su conducta.
[38] En 1942, durante la Segunda Guerra Mundial, una trabajadora labra piezas en un torno revólver para aviones en la fábrica de Consolidated Aircraft Corporation en Fort Worth, Texas, Estados Unidos.
La burguesía trajo consigo una nueva concepción de la familia donde la mujer desempeñaba un papel restringido al hogar.
[39] La mujer española durante la conquista de América, viajaba con su esposo o si no, llegaba lo más pronto posible a su localización.
Igualmente para la mujer era un beneficio, especialmente si estaba con un varón de alto título, así poseía riquezas y poder.
En 1910 se proclamó y celebró por primera vez el Día Internacional de la Mujer.
Este evento, aprobado por la Asamblea de Naciones Unidas, fue un logro para las mujeres quienes lucharon por sus derechos en la sociedad.
El pensar era que los varones guerreros no iban a rebelarse estando mujeres y niños presentes.
Como movimiento político coherente y organizado colectivamente, el feminismo arranca en las sociedades europeas del siglo XIX.
Además, la categoría mujer se conceptualiza en tanto que opuesta a la categoría hombre, formando así un binomio, mutuamente excluyente, a partir del cual se articula la distinción de sexo (femenino - masculino, respectivamente).
En esta situación existe opresión social cuando las personas no reproducen los esquemas preestablecidos de acuerdo a lo esperado, limitando la diversidad sexual, omitiendo y dejando al margen situaciones tales como la transexualidad y la intersexualidad.
En muchos países, el sufragio femenino se ha garantizado antes que el sufragio universal; así, una vez concedido este, a mujeres y varones de ciertas razas, aún se les seguía negando el derecho a votar.
El primer sufragio femenino, con las mismas características propias que el masculino, se garantizó en Nueva Jersey en 1776, aunque rescindió en 1807.
En algunos países la mujer ha tardado muchos siglos en conseguir igualdad, aunque solo sea teórica, ante la ley.
Como protesta por la injusticia política a la que se sometía a las mujeres, Emily Wilding Davison, sufragista británica, se echó delante del caballo del rey en el derby de 1913, y perdió la vida.