Brigadistas yugoslavos en la guerra civil española
«Las Brigadas Internacionales se formaron en España en 1936, con voluntarios de 53 países, quienes acudieron a apoyar al heroico pueblo español en su lucha contra la agresión fascista.Los brigadistas yugoslavos (en serbocroata: Španski borci, cirílico serbio: Шпански борци, literalmente «combatientes españoles») fueron un contingente de voluntarios yugoslavos que lucharon junto al bando republicano de la guerra civil española.De hecho, cuatro de los brigadistas que combatieron en el bando republicano acabaron dirigiendo los cuatro grupos del Ejército Partisano de Liberación que derrotó a los nazis en la Segunda Guerra Mundial: Koča Popović el I, Peko Dapčević el II, Kosta Nađ el III, y Petar Drapšin el IV.[9][10] La sublevación armada en España fue considerada desde este ámbito un nuevo golpe a la democracia y las libertades,[11] máxime cuando la Alemania nazi y la Italia fascista se alinearon inmediatamente con el bando sublevado.[12][13] En esta línea, el movimiento comunista yugoslavo interpretó la sublevación como un nuevo avance del fascismo en Europa.[16] El regente Pablo Karađorđević, dentro de su comprometida situación, se encontraba entonces más próximo a las Potencias del Eje, por lo que toda la actividad del KPJ se llevó a cabo en la más absoluta clandestinidad, y sufriendo además una violenta persecución.[11] También en París se formó el Comité nacional yugoslavo, auspiciado por el KPJ, y que se convirtió en punto de reunión y organización para la ayuda a la II República Española.De todas formas, se estima que únicamente 1/3 de los voluntarios que se trasladaron a España eran comunistas; entre sus integrantes había croatas, eslovenos, serbios, montenegrinos y macedonios.[9] Con esta misión, la Internacional Comunista desplazó a algunos de sus máximos exponentes, entre ellos Josip Broz Tito y Palmiro Togliatti a París, desde donde la Comintern organizó una oficina de alistamiento en la Rue Lafayette.1][20][21] La organización gestionó también centros en Austria, Checoslovaquia y Suiza para facilitar la incorporación de yugoslavos residentes en Centroeuropa.[19] Dirigentes comunistas como Blagoje Parović, Božidar Maslarić, Rodoljub Čolaković y August Cesarec colaboraron estrechamente con Tito en la organización y envío de personal a España,[1] que debido al férreo control que ejercían las dictaduras totalitarias en gran parte del continente, obligó a utilizar sistemas como la falsificación de pasaportes.[25] Entre los voluntarios se encontraban también 16 mujeres (tres médicos, dos enfermeras, seis obreras, dos estudiantes, una funcionaria y dos sin profesión conocida).[27] Los aproximadamente 1700 yugoslavos se repartieron principalmente entre los batallones Dimitrov, Đuro Đaković y Masaryk.Los yugoslavos componían las compañías «Balkanska», «Ivan Cankar» y «Matija Gubec»,[31] pues éstas eran compuestas habitualmente por voluntarios con una base nacional o lingüística.[40] Integrado en la XV B.I., en agosto el Đuro Đaković fue enviado al frente de Aragón.Su comisario era el croata Petar Erdeljac, y el mando de la compañía balcánica correspondía a Kosta Nađ, que resultó herido el 10 de septiembre y sustituido por Peko Dapčević.[41] No obstante, la definitiva Ofensiva de Cataluña les sorprendió en esa región, y emprendieron la huida con los restos del Ejército Popular Republicano hacia territorio francés.[47] Sin duda el aspecto más controvertido de la participación yugoslava en la guerra española es el papel jugado por el líder comunista Josip Broz Tito en la misma.[48][20] Aunque el propio Tito manifestó en diversas entrevistas que no llegó a pisar territorio español y que su papel en el conflicto no pasó de reclutar voluntarios y facilitarles su ingreso en España,[48] aparecieron múltiples declaraciones de testigos que afirmaban haberle visto en el país durante el transcurso de la guerra.[52] Debido a que los yugoslavos, al igual que los brigadistas de otras nacionalidades, no podían regresar a su país durante los permisos por ser considerados proscritos, disfrutaban en España de sus descansos, generalmente en zonas próximas al frente.[33] Entre los intelectuales yugoslavos participantes en la guerra de España, destacaron el escritor croata August Cesarec, el poeta serbio Ratko Pavlović Ćićko (ambos muertos en la Segunda Guerra Mundial) el también literato Rodoljub Čolaković, el célebre pintor Đorđe Andrejević Kun,[55] autor de una colección de grabados durante la guerra civil española, publicados bajo el título Za sloboda (Por la libertad), en 1939,[31] así como el reconocido entomólogo Guido Nonveiller.[56] El batallón Dimitrov, en el que participaron un gran número de yugoslavos, tenía además su propia revista mensual, el Dimitrovac, publicado en serbocroata y español.[n.Destacados miembros de la resistencia francesa, como Ljubo Ilić, Vlajko Begović y Lazar Latinović figuraban entre ellos.
Mapa histórico del
Reino de Yugoslavia
en 1936. Con el fin de evitar acciones secesionistas, el país se dividió en
banovinas
, unidades administrativas que no se correspondían con las naciones históricas, y definidas más por argumentos geográficos.
Miembros de la batería checoslovaca de
artillería
Gottwald
durante la
Batalla del Ebro
. La participación yugoslava en las operaciones junto al río Ebro supuso el mayor número de bajas del contingente. A pesar de su reorganización, tras el desastre del
Segre
no volvieron a entrar más en combate.