[1] Aunque en un primer momento los pocos canadienses voluntarios se integraron, sobre todo, en el Batallón Lincoln de mayoría estadounidense, en febrero de 1937 ya habían llegado unos 500 y se formó este batallón separado.
No obstante siguieron llegando voluntarios que, para obtener el pasaporte, argumentaban motivos falsos.
Generalmente partían de las grandes ciudades como Toronto o Montreal para llegar a Estados Unidos y cruzar el Atlántico hasta Francia, pasando legal o ilegalmente a España.
Tuvieron su última gran intervención en la Batalla del Ebro, donde los intensos combates dejaron un elevado número de bajas.
La Segunda Guerra Mundial hizo que algunos veteranos del Batallón reclamasen un reconocimiento oficial a su gobierno como los primeros que se enfrentaron al fascismo y al nazismo emergentes en Europa.