La más grande, la Gran Mancha Oscura, tenía un tamaño similar al de la Tierra, pero en 1994 desapareció y se ha formado otra.
Los vientos más fuertes de cualquier planeta del sistema solar se encuentran en Neptuno.
Contiene una mayor proporción de hielos, tales como agua (H2O), amoníaco (NH3) y metano (CH4).
Envió sus cálculos a sir George Airy, el Astrónomo Real, quien pidió más información.
Sin embargo, en el ínterin, Le Verrier había convencido a Johann Gottfried Galle para buscar el planeta.
Challis más tarde se dio cuenta de que había observado previamente el planeta dos veces en agosto, sin advertirlo.
[13] Finalmente surgió un consenso internacional sobre que tanto Le Verrier como Adams conjuntamente lo merecían.
[16] No obstante, el descubrimiento del cinturón de Kuiper en 1992 llevó a muchos astrónomos a debatir si Plutón debía considerarse un planeta en su propio derecho o parte de la estructura más grande del cinturón.
La próxima vez que Neptuno complete otra órbita alrededor del Sol será en el año 2176.
[23] Este manto que rodea al núcleo rocoso de Neptuno, es una región extremadamente densa y caliente, se cree que en su interior pueden llegar a alcanzarse temperaturas de 1700 °C a 4700 °C.
Esta hipótesis plantea pues la posibilidad de que en Neptuno lluevan literalmente los diamantes.
[30] Estas altitudes corresponden a la capa donde se producen los fenómenos meteorológicos y climáticos, en la troposfera.
Otras explicaciones posibles para esta ocurrencia son ondas de gravedad desde el interior que se disipan en la atmósfera.
El campo magnético de Neptuno tiene una geometría compleja, que incluye contribuciones relativamente grandes de componentes no dipolares, incluyendo un momento cuadrupolar que puede exceder la fuerza del momento dipolar.
[29] La mayoría de los vientos en Neptuno se mueve en una dirección opuesta a la rotación del planeta.
[43] Esta región más caliente se debe a la inclinación del eje de Neptuno, que ha expuesto el polo sur al Sol durante el último cuarto del año de Neptuno, o unos 40 años terrestres.
De haberse usado el primer cohete para el Voyager 2, la nave no habría llegado a Urano y Neptuno.
Sin embargo, la estructura general de los vientos en Neptuno no ha podido ser comprendida por los científicos.
Voyager 2 encontró cuatro anillos completos, dos de ellos delgados y los otros dos anchos.
En 1949 Gerard Kuiper descubrió un segundo satélite, Nereida, el cual gira muy alejado del planeta.
Como sucedió en los encuentros anteriores de las naves Voyager con otros planetas, Neptuno tenía más satélites «escondidos».
Voyager 2 descubrió seis nuevos satélites, entre ellos Despina y Galatea, las dos lunas pastoras mencionadas anteriormente.
Se destaca, no solo por su gran tamaño, sino también por poseer una órbita retrógrada, algo excepcional dentro de los grandes satélites.
Por su tamaño y aspecto debe ser muy parecido a Plutón, hoy reclasificado como un planeta enano, el cual también es un objeto del Cinturón de Kuiper.
El Voyager 2 descubrió otros seis más: Náyade, Talasa, Despina, Galatea, Larisa y Proteo.
Después de eso, se han descubierto cinco pequeños satélites más (mediante sondeos telescópicos) entre 2002 y 2003, situadas en órbitas lejanas al planeta, las cuales han recibido los nombres de Halímedes, Sao, Laomedeia, Psámate y Neso.
Además de estos definidos anillos existe una lámina de material extremadamente tenue que se extiende desde el anillo Le Verrier hasta el Galle y probablemente más al interior hacia Neptuno.
[58] Pero fue la sonda espacial Voyager 2 la que confirmó la existencia de los anillos a su paso por Neptuno en 1989.
Finalmente, cabe destacar que, debido a la posición de Neptuno con respecto a la Tierra, los observadores del hemisferio Sur están favorecidos, ya que en el Norte el planeta está muy bajo sobre el horizonte.
Neptuno es invisible a simple vista, y su tamaño aparente es tan pequeño que si se observa con pocos aumentos —lo cual es necesario cuando se está buscando un objeto— es tan diminuto que parece una estrella.