Es un gas, altamente inflamable, un poco más ligero que el aire e incoloro.
En 1836, Edmund Davy —primo del famoso químico Humphry Davy—, descubrió un gas que reconoció como «un nuevo carburo de hidrógeno».
(Una reacción similar entre el carburo de calcio y agua fue posteriormente ampliamente utilizada para la fabricación del acetileno.)
En el artículo que leyó en la British Association en Bristol, Davy anticipó el valor de acetileno como gas de alumbrado: «A partir de la brillantez con la que se quema el nuevo gas en contacto con la atmósfera este está, en opinión del autor, admirablemente adaptado para la luz artificial, si puede ser logrado a un precio barato».
[4] Sin embargo, fue olvidado hasta que en 1860 Marcellin Berthelot lo redescubrió y le dio el nombre de «acetileno».
El gas se utiliza directamente en planta como producto de partida en síntesis alternativa.
; se forma hidróxido de calcio y acetileno, el gas formado en esta reacción a menudo tiene un olor característico a ajo debido a trazas de fosfano que se forman del fosfuro de calcio presente como impureza:
El acetileno es un gas explosivo si su contenido en aire está comprendido entre 2 y 82 %.
A principios del siglo XX, el acetileno tenía múltiples aplicaciones debido a la fijeza y claridad de su luz, su potencia calorífica, su facilidad de obtención y su bajo costo.
Los aparatos generadores se habían también perfeccionado, siendo casi todos ellos del sistema en que el agua cae sobre el carburo, estando la caída de aquella graduada de tal modo por diversos juegos de válvulas, palancas y contrapesos que casi se llegó a evitar la sobreproducción de gas que tanto dañaba a los aparatos anteriores.
Los automóviles llevaban también a principios del siglo en su mayoría faros con aparatos autogeneradores de acetileno.
En la vida diaria el acetileno es conocido como gas utilizado en equipos de soldadura debido a las elevadas temperaturas (hasta 3000 °C) que alcanzan las mezclas de acetileno y oxígeno en su combustión.
El acetileno es además un producto de partida importante en la industria química.
Hoy en día pierde cada vez más en importancia debido a los elevados costes energéticos de su generación.
Disolventes como el tricloroetileno, el tetracloroetano, productos de base como viniléteres y vinilésteres y algunos carbociclos (síntesis según Walter Reppe) se obtienen a partir del acetileno.