Fue sometida a un extenso proceso de revisión que terminó en 1896, lo cual fue una práctica común en la producción sinfónica del maestro austríaco.La partitura está dedicada a Karl von Stremayr, político del imperio austrohúngaro.La posteridad ocasionalmente le asignó a la obra nombres como Sinfonía "de la Fe" o "Católica".Entre 1877 y principios de 1878 Bruckner llevó a cabo una revisión en varias fases, realizando los retoques sobre la primera versión.[5] Por esta razón resulta casi imposible desentrañar la versión más antigua de la pieza.Aaron Snyder y William Carragan hicieron una reconstrucción del inicio de la coda del Finale, que conduce al coral de cierre, basándose en los detalles dados por Haas en el Vorlagenbericht.La copia que contiene la dedicatoria junto con una firma autógrafa del compositor se encuentra en la Biblioteca Nacional de Austria bajo la denominación Mus.Hs.6064.Bruckner no estuvo presente porque se encontraba gravemente enfermo y nunca pudo escuchar su sinfonía interpretada por una orquesta.La primera edición de la pieza fue llevada a cabo en 1896 por el editor Ludwig Doblinger en Viena, que publicó el arreglo estrenado por Schalk.Si la partitura gigante lujosamente encuadernada que encontró Hardt había sido manuscrita por el propio Bruckner, lo que debía haber causado un enorme esfuerzo al compositor con la ejecución limpia de este ejemplar, estaba tan sin resolver en ese momento como la cuestión de si realmente podría ser la primera transcripción de la partitura.Adagio – Allegro, está escrito en la tonalidad de si bemol mayor, en compás alla breve y responde a una forma sonata con introducción.Sehr langsam (Muy lento), está en re menor y en compás alla breve.Estructuralmente adopta la forma de lied (A–B–A–B–A'') basado en dos temas:[3][17] A medida que el movimiento progresa los dos grupos temáticos son revisados sucesivamente, mientras Bruckner explora al máximo sus posibilidades contrapuntísticas.Adagio – Allegro moderato, retoma la tonalidad inicial y el compás alla breve.Con la recuperación de la versión original se han restablecido las proporciones correctas y las conexiones lógicas.[18] Como evidencia, detalló la forma en que los materiales temáticos de la introducción funcionan en los movimientos posteriores, y dijo que el intérprete "debe dirigir todo hacia el Finale... y mantener continuamente algo en reserva para la conclusión".Además, escribió que en la doble fuga del Finale, "no es suficiente resaltar los temas como tales [porque] las partes secundarias serían demasiado ruidosas".[19] También es digno de mención Bernard Haitink, quien ha grabado la sinfonía comercialmente tres veces.Takashi Asahina, el músico con más grabaciones de Japón, la grabó en numerosas ocasiones.