Onomástica

Los encontramos en palabras como: baturro, barro, mazueco, etc.[4]​ Por último, del ibero o sus parientes se piensa que en el léxico y la toponimia española hay una descendencia.

Además, se encuentran numerosos topónimos de origen ibero que hoy se conservan latinizados: Acci (> Guadix), Basti (> Baza), Dertosa (> Tortosa), Gerunda (> Gerona), Ilici (> Elche), este último de origen púnico.

[5]​ Los romanos empezaron la romanización de Hispania durante el siglo III a. C., cuando la arrebataron a los cartagineses.

Otra construcción preferida por los romanos fueron los baños, de los que han quedado evidentes y abundantes testimonios toponímicos, tanto en la serie alusiva a la temperatura de las aguas (Caldas, o cálidas), como a la serie alusiva al establecimiento (Baños).

Y aquí también se manifiesta la diversidad de las lenguas románicas españolas, pues mientras Caldas es la forma común para cualquier dominio lingüístico (es la forma existente en Galicia, Cantabria y Cataluña), balneum ha originado en León Boñar (Balneare), en Cataluña Bañolas, en Navarra Buñuel (por influencia mozárabe), que se repite en Valencia sin diptongar (Buñol), y en Granada Albuñol (con artículo árabe incorporado).

Onomástica en griego