Claudio Abbado

Claudio Abbado, el renombrado director de orquesta italiano, tuvo un inicio notable en su carrera musical.

Su primera gran oportunidad llegó en 1958 cuando ganó el prestigioso Concurso Internacional de Dirección Dimitri Mitropoulos en Nueva York.

Su carrera rápida le llevó a firmar su primer contrato con el grupo Universal (al que pertenecen las famosas etiquetas Deutsche Grammophon, Decca y Philips clásica).

En 1968, la elección de un director joven y relativamente poco conocido, como Claudio Abbado, se consideró sorprendente.

Para la carrera de Abbado y la historia del teatro La Scala, es una revolución copernicana: el repertorio se ve muy expandido, incluyendo autores como Alban Berg, Igor Stravinskij, o Arnold Schönberg, anteriormente raramente interpretados.

Por otro lado, la enorme popularidad de Abbado en su ciudad natal, así como la reintegración del teatro en los grandes circuitos del mundo de la música clásica, así como el apoyo de los gobiernos municipales (presidido por primera vez por Aldo Aniasi, y a continuación, por Carlo Tognoni) permitió a la pareja Abbado-Grassi operar, al menos en los primeros años, con libertad excepcional.

Concluye la trilogía cómica Rossini, inaugurando la temporada de La Scala con L'italiana in Algeri como en actuaciones anteriores, dirigida por Jean-Pierre Ponnelle.

La apertura de la temporada en La Scala fue encargada a Karl Böhm, que dirige el Fidelio.

En septiembre realizó una gira por los Estados Unidos, con Simon Boccanegra, Macbeth, Messa di Requiem y Cenicienta.

Se presenta una nueva edición del Wozzeck de Alban Berg, esta vez dirigida por Luca Ronconi.

1979-1980: Es elegido director musical de la London Symphony Orchestra, con la que comenzará a profundizar (y grabar) la gran música sinfónica.

Desde el Teatro alla Scala produce, junto a Jean-Pierre Ponnelle, otra ópera cinematográfica de Rossini: La Cenerentola.

En el reparto Frederica von Stade, Paolo Montarsolo, Francisco Araiza y Claudio Desderi.

Se fundó la Orquesta Filarmónica de Scala, destinada a convertirse, con el tiempo, en un organismo independiente con respecto al Teatro.

1984: Simón Boccanegra se vuelve a reponer con Renato Bruson y Katia Ricciarelli, para hacer su debut en la Ópera de Viena.

Este programa lo lleva a La Scala, Europa, Estados Unidos y Japón (solo las sinfonías).

Luego vuelve a sonar el Boris Godunov presentado en Londres en 1983 y dirigido por Andrei Tarkovski, durante un festival dedicado al director recientemente fallecido.

En este contexto, dirige las obras, específicamente compuestas para Tarkovskij, de Kurtág, Rihm, Nono y Furrer.

La primera temporada sinfónica se centra en la figura de Prometeo, con un programa heterogéneo que va desde Beethoven a Luigi Nono.

Con motivo del bicentenario de Rossini, estará en Ferrara con El viaje a Reims, que luego se reanudará en Viena y Tokio.

En 1992, estuvo involucrado con sa familia en una disputa inmobiliaria con implicaciones oscuras y largas consecuencias legales.

En el mismo año, la colaboración con Wiener Staatsoper termina con las interpretaciones en Japón de Boris Godunow y Le nozze di Figaro.

En este contexto, se estrenan obras inéditas de autores contemporáneos como Rihm, Kurtág y Vacchi.

En esta ocasión, es el promotor de la iniciativa para apoyar a los jóvenes músicos cubanos, recolectando instrumentos musicales.

El año 2000 se abre con la interpretación en Ferrara del Così fan tutte de Mozart, dirigida para la escena por Mario Martone.

El comienzo de 2003 está dedicado casi exclusivamente al público italiano, en Ferrara y Reggio Emilia.

La orquesta volvió a tomar impulso, tomando como núcleo la Mahler Chamber Orchestra, a la que se unieron reputados solistas, e integrantes de las principales orquestas sinfónicas del mundo, entre los que se puede destacar a Kolja Blacher, Wolfram Christ, Mirijam Contzen, Diemut Poppen, Natalia Gutman, Jens-Peter Maintz, Jacques Zoon, Reinhold Friedrich, Stefan Dohr, Alessio Allegrini, Mark Templeton, Franz Bartolomey, Alois Posch, Emmanuel Pahud, Albrecht Mayer, Lucas Macías Navarro, Stefan Schweigert y los miembros del Sabine Meyer Wind Ensemble, y de los cuartetos Alban Berg y Hagen.

Además del festival, la orquesta hacía una gira cada año por varias capitales para dar conciertos, comenzando por Roma en el otoño de 2005.

En 2004, en el Festival de Lucerna, dirigió Tristan und Isolde con Violeta Urmana y René Pape.

Desde el teatro simbólicamente vacío con puertas abiertas, la Sinfonía fluyó hacia la plaza frente a ella, atestada de 8000 personas en silencio, para la ocasión cerrada al tráfico.

Claudio Abbado en 1965
La Scala
Teresa Berganza
Gioachino Rossini - Teatro alla Scala-Milán
Giuseppe Verdi, Un Ballo in maschera.
Hans Heinrich Palitzsch, 1974. Póster de Wozzek
London Symphony Orchestra. Barbican Hall LSO
Gustav Mahler por Emil Orlik. 1902
WSO, Ópera Estatal de Viena
Maurizio Pollini
Prometeo (José de Ribera)
Fausto - 'While old Mammon leads the ball', de Byam Shaw
Caspar David Friedrich - Wanderer above the sea of fog
Claudio Abbado en 2008
La tumba de la urna en 2024 con el valle de Fex al fondo.