Así, pudo seguir todas las funciones de Arturo Toscanini en el Teatro alla Scala entre 1924 y 1929.
Este interés por resucitar obras y autores olvidados le había llevado en 1950 a dirigir la primera versión moderna de la ópera de Gioacchino Rossini Il turco in Italia, que fue protagonizada por Maria Callas.
También estrenó alguna obra contemporánea, como las de su antiguo profesor Ildebrando Pizzetti L'Assassinio nella Cattedrale y La Figlia di Iorio.
Era la primera vez que, en la dilatada carrera de Gavazzeni, dirigía tal ópera.
Se tomaba libertades interpretativas: para él, la absoluta fidelidad a lo escrito por los compositores en el pentagrama iba «contra los valores estéticos de la música y contra la historia, que nunca se detiene».
Gavazzeni se definía a sí mismo como «escritor irregular» (scrittore irregolare).
Escribió unos interesantes diarios sobre los que el crítico Ermanno Comuzio comentó: Aparte, tiene una importante obra como ensayista, especialmente sobre temas musicales.