Alfredo Casella

Casella desarrolló en esos años una gran admiración por Debussy, sobre todo después de asistir a una interpretación en 1898 del Prélude à l'après-midi d'un faune.

Esta admiración sin embargo, no se trasladó a su propia escritura, que en ese momento perseguía una vena más romántica, cercana a Richard Strauss y Mahler, y que después se acercaría al impresionismo.

De esa época son su primera Sinfonía (1905) —una obra con la que Casella también debutó como director de orquesta cuando dirigió el estreno en Montecarlo en 1908— e Italia (1909), una rapsodia para gran orquesta en la que recreó melodías tradicionales sicilianas y napolitanas.

Casella también protagonizó para el sistema «Aeolian Duo-Art» algunas grabaciones en vivo como pianista, cuyos rollos aún sobreviven y pueden ser escuchados.

En 1923, junto con Gabriele D'Annunzio y Gian Francesco Malipiero, fundó una asociación para promover la difusión de la música italiana moderna, la «Corporazione delle Nuove Musiche».

Casella fue quizás el “más internacional” en cuanto a influencias estilísticas de la generación de los 80, debido en parte a su temprana formación musical en París y al círculo en que vivió y trabajó allí.

[3]​ El trabajo de Casella en favor de los compositores barrocos italianos y su estudio, lo situaron en el centro del renacimiento musical del primer neoclasicismo, e influyo en sus propias composiciones en profundidad.