La Sinfonía n.º 1 en do menor, WAB 101, también conocida como La doncella descarada o en alemán Das kecke Beserl, fue compuesta por Anton Bruckner entre 1865 y 1866.
Fue sometida a un extenso proceso de revisión que terminó en 1891, lo cual fue una práctica común en la producción sinfónica del maestro austríaco.
Se trata de una copia hecha por Franz Schimatschek con mejoras y comentarios del propio Bruckner.
Bruckner estuvo de acuerdo pero decidió revisar la obra, que no se había representado desde su estreno.
Los tres primeros movimientos casi no se modifican, mientras que el Finale sí recibe cambios más significativos además de retocar la orquestación.
Difiere considerablemente de las dos versiones anteriores, ya que es más académica, pierde la espontaneidad y fuerza original.
En la portada del documento bajo el título figura la expresión Neue Bearbeitung que significa "Nuevo arreglo".
Ha sido grabada por Riccardo Chailly, Guennadi Rozhdéstvenski, Günter Wand o Christian Thielemann.
[2] La primera edición de la pieza fue preparada por Cyrill Hynais y llevada a cabo en 1893 por la editorial Ludwig Doblinger en Viena.
Bruckner había sido invitado el año anterior al estreno de Tristán e Isolda y se dejó influir por la obra.
El movimiento lento presenta un lenguaje confesional, a la vez que profundamente expresivo y solemne.
[3] Estructuralmente responde al esquema A–B–C–A'–B', ya que aún no sigue el patrón A–B–A'–B'–A" habitual en sus sinfonías posteriores (salvo la n.º 3 y n.º 6).
Bewegt, feurig (Movido, ardiente), retoma la tonalidad inicial, el compás de 4/4 y la forma sonata.
Mucho más tarde en su vida al escribir sobre esta sinfonía, Bruckner observó "nunca fui tan audaz y atrevido".
[14][15] En la práctica concertística se prefiere claramente la versión de Linz, en general más animada.
Por su parte, los partidarios de la versión vienesa sostienen que esto representa la "última voluntad" del compositor con respecto a esta obra y que la experiencia compositiva adquirida mientras tanto mejora la calidad de la sinfonía.
Ambas versiones tienen sus propios méritos especiales y también brindan una buena perspectiva del desarrollo de Bruckner como sinfonista.