Por otra parte están las galerías de arte, donde se muestran pinturas y esculturas, en exposiciones temporales, sin que necesariamente posean colecciones permanentes.
Luego, el Cabinet des médailles se abrió al público en 1720, después de su traslado desde Versailles a la Biblioteca Nacional.
Las otras naciones europeas rápidamente tomaron el relevo (y la moda): en 1816, el Parlamento británico compró los mármoles del Partenón de Atenas, que habían sido desmontados y repatriados al Reino Unido por lord Elgin, embajador británico en Constantinopla.
Así, nacieron muchos museos de investigaciones locales llevadas a cabo por sociedades científicas.
Otros museos, más especializados, también se crearon o evolucionaron durante el siglo XIX.
La utilidad social del museo público se convierte así en una suerte de evidencia: «las obras del genio pertenecen a la posteridad y deben salir del dominio privado para ser entregadas a la admiración pública», escribió Alfred Bruyas, amigo y protector de Gustave Courbet cuando en 1868 ofreció su colección a la ciudad de Montpellier.
En los años siguientes, surgieron muchos otros museos de arte decorativo, desde Viena hasta Budapest, pasando por Estocolmo y Berlín.
Surgieron cuando la etnografía misma se estaba convirtiendo en una disciplina autónoma, es decir, a mediados del siglo XIX.
Así nació en 1873 el Nordiska Museet en Estocolmo, un museo dedicado a todas las comarcas «donde se hable una lengua de origen escandinavo».
Prueba de ello eran las nuevas tendencias, que como el Impresionismo no estaban apenas presentes en las colecciones.
Para esto, recibió donaciones de artistas vivos y aún no muy famosos: Matisse, Monet o Picasso.
Entre 1929 y 1931, se celebraron en Nueva York una serie de exposiciones dedicadas a artistas modernos: Cézanne, Van Gogh, Gauguin o Seurat.
Estas exposiciones se acompañaron, en 1929, con la apertura de un museo permanente dedicado especialmente a estos maestros modernos, europeos y estadounidenses, desde Gauguin hasta la actualidad, el MoMa (Museo de Arte Moderno), que hará escuela.
Su primer director, Jean Cassou, enriquecerá este nuevo museo con obras de Matisse, Picasso, Braque o Brancusi, todo entonces vivos.
Esta escuela había sido fundada por Walter Gropius y entre sus profesores impartieron clases allí Itten, Kandinski, Klee, Moholy-Nagy o Schlemmer.
Mies van der Rohe, que dirigió la escuela desde 1930 hasta su cierre en 1933, antes de exiliarse en los Estados Unidos.
En esta nueva organización del espacio del museo, con frecuencia se disponen salas para las exposiciones temporales, cuya organización se convierte, poco a poco, en un componente natural de la vida de un museo.
Del segundo caso, los ejemplos se pueden multiplicar en provincias (Amiens, Ruan, Nantes, Lyon...).
Para ello los museos ofrecen una amplia gama de actividades, publican libros, producen películas u organizan conciertos o conferencias.
Y eso que continuo recibiendo una gran subvención del Ministerio de Cultura porque, en Francia, el mecenazgo era demasiado débil para reemplazar por completo al dinero público.
Las exposiciones pueden educar al público acerca de la paleontología, la historia antigua y la antropología.
La evolución biológica, las cuestiones ambientales y la biodiversidad son las principales áreas en museos de ciencias naturales.
Los sitios históricos también pueden convertirse en museos, en particular los que marcan los delitos públicos, como S-21 o la isla de Robben.
Un museo vivo donde la gente puede recrear un período de tiempo, incluidos los edificios, la ropa y el idioma.
Algunos museos pueden tener exposiciones monográficas sobre temas tales como la informática, la aviación, los ferrocarriles, la física o la astronomía.
Estos museos pueden tener salas IMAX, que permiten la visualización en 3D o calidad superior de imagen.
Deben instalar bucles magnéticos que mejoren la señal auditiva para las personas hipoacúsicas o con implante coclear.
Los museos deben disponer de audioguías adaptadas para personas ciegas y deficientes visuales.
En este dispositivo estará grabada la información necesaria para desplazarse por el recorrido y las audiodescripciones de las piezas seleccionadas.
Por otro lado, a nivel político, en los países occidentales son uno de los principales referentes culturales, tendencia que comenzó en las últimas décadas del siglo pasado y que mueve a miles de turistas todos los años.