La designación «gliptoteca» fue acuñada por vez primera en alemán (Glyptothek) por el bibliotecario del rey Luis I de Baviera, derivada del antiguo verbo griego γλυπτός glyptós, que significa 'cortado en piedra', y θήκη, thḗkē, por 'caja, almacén'.
[1] Marco Escauro, hombre de Estado romano que murió el año 87 a. C., fue el primero que formó una colección de este tipo.
Julio César expuso en el templo de Venus Genitrix las piedras de que se había apoderado y que pertenecían a Mitrídates.
En el siglo XVI, los Médicis reunieron una magnífica colección de piedras grabadas y pronto cundió la afición y hallaron imitadores en el resto de Europa.
Entre las más destacadas se pueden citar: El contenido de este artículo incorpora material del Diccionario Enciclopédico Hispano-Americano del año 1892, que se encuentra en el dominio público.