Historia de El Quisco

Dadas las condiciones tectónicas y geológicas actuales, la probabilidad de que exista un volcán activo submarino frente a las costas chilenas es extremadamente baja.

En el balneario se encuentra la que sería una misteriosa huella de pie en una roca elevada.

En este Período agroalfarero temprano -o formativo temprano-, se distinguen coexistencias de poblaciones aún del Período Arcaico, con otros grupos de vinculación nortina -tradición Bato-, y otros con desarrollo espacial más locales -complejo cultural Llolleo, pero localizados más al sur.

El rasgo estilístico más característico de su cerámica es la decoración con incisiones lineales que enmarcan campos punteados.

Sus tiestos alfareros y otros artefactos,[3]​ como pipas y tembetás (adornos labiales de cerámica o piedra), pueden relacionarse no solo con la cultura Molle, sino también con la Complejo Pitrén,[4]​ al sur del río Bío-Bío (300) Estos agricultores de Chile central vivían entre los valles de los ríos Choapa (IV Región) y Cachapoal (VI Región), aunque manifestaciones de la cultura Llolleo han sido encontradas desde el río Illapel (también la IV Región, pero más al norte) al sur.

Además de los productos que cultivaban, complementaban su alimentación con la caza, recolección y pesca.

Esta cultura llegó a Chile en el año 300 aproximadamente,[5]​ por grandes migraciones al país,[6]​ desde Brasil, las selvas tropicales del Chaco, pampas argentinas y Perú, estableciéndose entre los valles transversales del río Copiapó y el río Choapa.

Se mezclaron con las poblaciones arcaicas adoptando algunos elementos culturales y rasgos físicos.

Según nuestra división política- administrativa actual esta cultura se habría ubicado entre la III y IV región.

Solo en caso de emergencia, en especial si ocurría una guerra, había un jefe que lideraba a los demás: el cacique.

La producción agrícola y ganadera logró tal desarrollo que permitió remitir alimentos hacia los pukaras del norte.

Cuenta la leyenda, que cuando Diego de Almagro exploró Chile, envió a Gómez de Alvarado y Contreras a recorrer por tierra todo el litoral, llegando primeramente al estero que después se llamaría Marga Marga, en busca de oro y riquezas, saqueando todas las comunidades indígenas que encontraron en su camino y robando a las indígenas jóvenes, para venderlas y así costear sus gastos para el regreso.

Los españoles se dirigieron hacia donde ellos le indicaron, llegando hasta este sector habitado por los "Changos", tan pobres y sin riquezas como los otros, los españoles no tuvieron más remedio que conformarse con llevarse a las indígenas más jóvenes.

El término «chango» aparece no solo en la toponimia, sino también en los documentos de la época colonial aludiendo a los indios pescadores.

Precisamente, setenta indígenas picones fueron encomendados al obispo Rodrigo González Marmolejo, por Valdivia.

[14]​ Tuvo más tarde el disfrute de la encomienda, Antonio González Montero, sobrino del eclesiástico.

[16]​ En otro orden, el mismo conquistador donó a Juan Bautista Pastene una encomienda, en 1550, en la que se incluyeron A fines de la etapa colonial ya eran numerosos los barcos extranjeros que hacían el comercio ilegal en las costas chilenas.

Pasaba por las villas de Rancagua, Rengo y San Fernando, ya fundadas.

Verdadera espina dorsal de las comunicaciones del reino, fue utilizada por estancieros y hacendados para sacar sus productos, lo que obligó a su continua mantención.

Muchas veces estas propiedades agrícolas solían tener un frente hacia esta ruta, para acercar casas, poblados y capillas.

Esta hacienda pertenecía en ese entonces a don José Aguirre y su esposa doña María Sánchez Galeas.

La hacienda fue subdividida a inicios del siglo XIX entre los herederos Aguirre Sánchez.

Otros propietarios en esa época fueron sus tías abuelas doña Petronila y Josefa Delazar cuyos terrenos también fueron parcelados.

En los primeros tiempos fueron los profesionales como Médicos, Abogados, Arquitectos o Artistas que hicieron del Quisco su localidad de verano.

Playa Los Corsarios en 1964. Al fondo se ve el Club de yates El Quisco y la Caleta de Pescadores.
Escultura metálica de un quisco sobre una roca de la Playa Los Corsarios.
Atardecer en la playa Las Conchitas.
Iglesia San Juan Evangelista.
Sir Francis Drake (sobre 1581).
Playa Los Corsarios, vista desde la calle Costanera.
Casa de Isidoro Dubournais en el centro de la bahía.Un edificio clásico del Quisco
La Casa Dubournais desde la Playa de El Quisco