Los nacionalistas palestinos se reorganizaron, pero siguieron estando muy retrasados con respecto a los sionistas; sin embargo, la debilidad de las potencias coloniales reforzó a los países árabes y la recientemente formada Liga Árabe apoyó las reivindicaciones nacionalistas palestinas y les sirvió de portavoz.
Los disparos al aire evolucionaban en batallas; los ataques contra el tráfico se transformaban en emboscadas.
Otros prefirieron no participar por temor a las represalias o se disculparon con sus vecinos judíos alegando que el llamado no concernía al ataque del convoy, sino a la defensa de la aldea cercana de Bet Suriq.
[45] En el mismo periodo, la situación era también crítica para los judíos de otros lugares del país.
Alan Cunningham, el Alto Comisionado británico en Palestina, protestó enérgicamente ante el gobierno jordano contra estas incursiones, teniendo como única reacción la queja de Alek Kirkbride por « su tono hostil y sus amenazas» al ministro Bevin: « Ningún esfuerzo serio se dio para impedir la incursión.»[53] Los británicos y los servicios de inteligencia de los Yishuv esperaban una ofensiva para el 15 de febrero que no tuvo lugar finalmente; parece que debido a que las tropas del Muftí no estaban todavía listas.
[53] Al mismo tiempo, unos voluntarios norteafricanos, principalmente libios y varios centenares de Hermanos Musulmanes entraron en Palestina.
Las fuerzas de Husseini, por tanto, las milicias, tuvieron éxito en aislar Jerusalén y en adelantarse a la Haganá.
[72][73] Siria compró en Checoslovaquia, del mismo fabricante que los sionistas, armas para el Ejército de Liberación Árabe.
Luego, un barco partió hacia Siria en agosto de 1948, pero fue interceptado por la Marina israelí, que secuestró su contenido.
[74] Contrariamente a lo que podrían hacer pensar sus declaraciones belicosas, los líderes árabes "hicieron todo por evitar encontrarse 'directamente'"[75] implicados en el apoyo de la causa palestina.
Destacó la mejor organización y el mayor apoyo financiero del que disponían los judíos en comparación con los palestinos.
[76] No obstante, decidieron la formación del Ejército de Liberación Árabe que entró en Palestina durante las semanas siguientes.
Pero, en la práctica, el dinero no llegaba y solamente Siria aportó un apoyo real a los voluntarios árabes.
Ellos no podían contar con ningún apoyo exterior y disponían por fondos únicamente los reunidos por Amin al-Husayni.
[112] Abdelkader al-Husayni murió, la noche del 7 al 8 de abril, durante los combates que tuvieron lugar en Qastel.
La pérdida del líder carismático palestino "trastornó la estrategia y la organización árabes en el sector de Jerusalén".
[118][119] En represalia, el 13 de abril, un convoy sanitario que se dirigía hacia el hospital Hadassah del Monte Scopus en Jerusalén fue atacado por los árabes, quienes asesinaron a 78 médicos, enfermeras y soldados de la Haganá que los escoltaban, así como a un soldado británico.
Este último tomó posición con sus hombres en varias aldeas árabes (Shafa 'Amr, Khirbet Kasayir y Hawsha) a diez kilómetros al este de Haifa, desde donde atacaban esporádicamente el tráfico y los asentamientos judíos, en particular el kibutz de Ramat Yohanan.
Para fines de mayos, no quedaban más que 13 000 habitantes árabes en estas 6 ciudades sobre los 177 000 iniciales.
El 1 de mayo, milicianos árabes con base en Siria y Líbano lanzaron una contraofensiva contra los asentamientos judíos, pero no tuvieron éxito.
Añadió que si bien no estaba interesado en la invasión de zonas adjudicadas al Estado judío, la situación era volátil.
Indica igualmente que Alek Kirkbride y Glubb Pacha pensaban en la época que al menos el secretario de la Liga Árabe, Azzam Pacha, debía estar al corriente del doble juego del rey Abdalah.
[140] Y el 17 de mayo, Abdalah ordenó a Glubb Pacha lanzar un asalto contra la Ciudad Santa.
Entre las diferentes causas posibles, la historiografía israelí ha declarado por mucho tiempo que habían huido tras recibir instrucciones de las autoridades árabes.
Durante estos primeros meses, casi 100 000 palestinos, principalmente de clases superiores, abandonaron sus casas para refugiarse en el extranjero o en Samaria.
Tiberíades, Haifa, Safed, Beit She'an, Jaffa y Acre cayeron, lo que empujó a más de 250 000 palestinos al éxodo.
[176] A su vez, tanto la Haganá como el Palmaj comenzaron con la expulsión directa de la población palestina.
[177] A finales de enero, se calcula que unos 20.000 árabes palestinos habían abandonado sus hogares en Haifa.
[183] Al día siguiente, la Brigada Guivati atacó Beit Daras, cuyos habitantes huyeron a la cercana Isdud.
[184] En Beisan, todos los árabes fueron expulsados de sus hogares y enviados a Nazaret o más allá del río Jordán.