Deir Yassin (en árabe دير ياسين), fue una aldea palestina situada a cinco kilómetros al oeste de Jerusalén.En realidad no sabía qué hacer, sin el apoyo de los judíos es prácticamente imposible llegar hasta ese pueblo.Acordamos quedar en un sitio al día siguiente a las siete de la mañana donde me esperaría una persona, y que yo acudiría en mi coche particular.Salí a las afueras de Jerusalén, dejé la carretera principal junto al último puesto militar y seguí por un camino que cruzaba.Llegamos a una distancia de 500 metros del pueblo, y tuvimos que esperar un largo tiempo para obtener un permiso de entrada; cada vez que se intentaba cruzar hacia el lado judío se exponía uno al fuego de los árabes, y los del Irgun tampoco querían facilitar las cosas; finalmente se me acercó un hombre del Irgun, tenía una mirada fría, muy dura y extraña.Esta frase última le enfureció, me dijo que aquí solo mandaba el Irgun y nadie más, ni siquiera la Agencia Judía.Después, me dijo el oficial que podía hacer lo creyera conveniente, pero bajo mi propia responsabilidad.Quince minutos después del escueto aviso, algunas personas salieron y fueron tomadas como prisioneros, acto seguido, empezaron a disparar hacia las líneas árabes, el resto que no obedeció las órdenes se enfrentó a su suerte.Esta historia del oficial me ha causado escalofríos, decidí volver a Jerusalén para buscar un camión o una ambulancia, lo hice y llegué con mi pequeña caravana, entonces de la parte árabe ya no se disparaba.Lo mismo ocurría en la siguiente, pero cuando me dispuse a salir, pude oír algo como un quejido, empecé a buscar en todas partes y tropecé con un pie pequeño que aun estaba caliente, era una niña de 10 años, estaba herida de gravedad por una granada, pero aún vivía.Di órdenes para cargar unos camiones con los cadáveres que había encontrado, luego seguí entre las demás casas, y en cada una se repetía aquella terrible escena.Solo encontré dos personas vivas, dos mujeres, una de ellas una anciana que se escondió durante las 24 horas pasadas sin un solo movimiento.Pedí con determinación ser yo el que los enterrase; después de una discusión, empezaron a cavar una gran fosa en un pequeño jardín, era imposible verificar la identidad de los muertos, no llevaban palpes, pero les describí con todo los detalles, estimando las edades.
Mapa de los años 1870 indicando la ubicación de Deir Yassin durante el
Imperio otomano
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