[5] Las organizaciones judías colaboraron con el UNSCOP durante las deliberaciones, y los dirigentes árabes palestinos boicotearon dichas negociaciones.
[6] Los detractores del plan consideraron que el plan propuesto era pro sionista, con el 56%[7] de la tierra asignada al Estado judío a pesar de que la población árabe palestina duplicaba a la población judía.
[6][10]Los líderes sionistas, en particular David Ben-Gurión, consideraron la aceptación del plan como un paso táctico y un punto de apoyo para una futura expansión territorial sobre toda Palestina.
[18][19] Posteriormente, estalló una guerra civil en Palestina y el plan no se llevó a la práctica.
Los 33 países (58 %) que votaron a favor de la resolución 181 fueron: Australia, Bélgica, Bielorrusia, Bolivia, Brasil, Canadá, Checoslovaquia, Costa Rica, Dinamarca, República Dominicana, Ecuador, Estados Unidos, Filipinas, Francia, Guatemala, Haití, Holanda, Islandia, Liberia, Luxemburgo, Nueva Zelanda, Nicaragua, Noruega, Panamá, Paraguay, Perú, Polonia, Suecia, Sudáfrica, URSS, Ucrania, Uruguay y Venezuela.
Los 13 países (23 %) que votaron contra la Resolución 181 fueron: Afganistán, Arabia Saudí, Cuba, Egipto, Grecia, India, Irán, Irak, Líbano, Pakistán, Siria, Turquía y Yemen.
Los países que se abstuvieron fueron 10 (el 18 %): Argentina, Colombia, Chile, República de China, El Salvador, Etiopía, Honduras, México, Reino Unido y Yugoslavia.
Seis países se abstuvieron y solo uno (Cuba, bajo la presidencia de Ramón Grau San Martín) votó en contra.
La resolución había sido aceptada por los dirigentes judíos, pero rechazada por las organizaciones paramilitares sionistas y por los árabes en su conjunto.
La amenaza árabe, que finalmente cumplió, no tuvo ninguna respuesta por parte de Naciones Unidas.
El Reino Unido se negó a aplicar el plan de partición, argumentado que era inaceptable para las dos partes implicadas.