Israel fue duramente acusada de bombardear indiscriminadamente la ciudad, entre otras medidas para debilitar a la OLP.
Sin embargo, el plan fue rechazado dos días después por unanimidad en el gabinete israelí, debido a la preocupación por la enorme pérdida de vidas.
[5] A fines de julio, con las negociaciones aún estancadas, las FDI intensificaron sus ataques.
El bombardeo fue seguido por una protesta del presidente estadounidense Ronald Reagan al gobierno israelí.
[7] Durante el sitio, los israelíes aseguraron varias posiciones clave en otras partes del Líbano, pero no lograron tomar la ciudad antes de que un acuerdo de paz fuera finalmente implementado.
Es notable la insubordinación del comandante de la 211.ª Brigada Acorazada israelí, Eli Geva, quien se negó a liderar sus fuerzas hacia la ciudad, argumentando que ello resultaría en una cantidad excesiva de muertes civiles.
El sitio llevado a cabo por las Fuerzas de Defensa de Israel generó una gran controversia y fue condenado hasta por Estados Unidos, su más cercano aliado, advirtiéndole al país hebreo que el armamento provisto por EE. UU.
[9] La Unión Soviética intentó hacer aprobar en la ONU una resolución para un embargo armamentístico mundial sobre Israel, que fue vetada por EE. UU.