Líbano, tuvo la dudosa distinción de ser el país con las mayores divisiones religiosas y étnicas del mundo árabe.
Los oficiales pertenecientes a otras minorías druso, suní, o chiita no tenían oportunidades de ascender en el escalafón militar.
En el área sur del Líbano, los israelíes organizaban emboscadas contra los guerrilleros palestinos que ocupaban campamentos de refugiados militarizados.
Los refugiados palestinos, varados en la zona desde 1948, pronto se convirtieron en una seria molestia para la población civil autóctona, (campesinos cristianos y chiíes).
En 1975 la autoridad del régimen en Beirut, que ya era débil, quedó astillada debido al inicio de la Guerra Civil Libanesa.
El conflicto se inició cuando el Presidente Suleiman Franyíeh, representante de la minoría cristiana y derechista en su país, ordenó a las Fuerzas Armadas Libanesas (FAL) actuar contra los rebeldes del Movimiento Libanés Nacional (LNM), un grupo progresista de musulmanes sunníes que pretendían imponer reformas.
Los chiíes, tradicionalmente la gente más pobre en el país, formaron el Movimiento Amal (Esperanza) en 1975 bajo el liderazgo del jeque Musa al-Sadr.
Todo esto como parte de un plan para construir una Gran Siria con la que poder dominar Oriente Medio.
Aún se discute cuándo, el SLA comenzó a recibir fondos y suministros clandestinos, (¿desde sus inicios tal vez?
Las relaciones entre el SLA e Israel, aunque aún oficialmente secretas, causaron gran agitación en el Líbano y en los círculos árabes.
La maniobra, llamada Operación Paz para Galilea, empezó en el 5 de junio, dos días después del atentado contra Argov.
Israel aportó equipo, armamento, asesores militares y creó infraestructuras para reforzar a las fuerzas del SLA.
La imagen del SLA se vio ensuciada por muchos incidentes en los que la población civil sufrió violaciones de sus derechos humanos básicos.
Los Chiíes se habían cansado finalmente de recibir solo limosnas en el reparto del poder que tradicionalmente existía en la sociedad libanesa.
No existen estadísticas independientes respecto al número exacto de bajas del SLA durante el conflicto entero.
Muchos guerreros de la organización desertaron llevados por el pánico, mientras que otros terminaron rindiéndose a sus antiguos enemigos.