[1][2]Considerándose sionista, escribe: «Me embarqué en la investigación no por compromiso ideológico o interés político.
Se doctoró en Historia en la Universidad de Cambridge y fue corresponsal del diario Jerusalem Post en el cual trabajará 12 años.
[cita requerida] En 1988 su notoriedad aumenta, negándose a efectuar su período de reserva en los territorios ocupados.
[6] Todos son atacados con virulencia, acusados de antisionismo y sus métodos comparados con los negacionistas.
Morris subraya, además, que los líderes sionistas, según sus conclusiones, llevarían décadas pensando en cómo deshacerse de la población palestina de modo que el Estado hebreo fuera lo más étnicamente puro posible.
[8] Según algunos, sus posiciones han cambiado radicalmente y son famosas sus controversias con Efraim Karsh, Norman Finkelstein o Avi Shlaim.
[9] Morris se define a sí mismo como sionista y defiende la actuación de las tropas israelíes en 1948 como algo imprescindible, sin lo cual el Estado judío no habría podido existir: También afirma que Ben Gurion debió haber expulsado a más palestinos: Es también simpatizante de la teoría del choque de civilizaciones: Al igual que el resto de los llamados "nuevos historiadores", y en su calidad de figura más relevante, Morris ha sido atacado por otros académicos e historiadores, que han cuestionado el rigor, la metodología y las conclusiones a las que ha llegado.
Karsh escribió un libro con una exposición completa de sus afirmaciones, Fabricating Israeli History: The New Historians.