La policía israelí disparó usando fuego real, matando a siete palestinos, extendiéndose los incidentes por toda la parte árabe de Jerusalén.
[8] Por su parte, las autoridades israelíes pusieron en práctica los asesinatos extrajudiciales contra dirigentes palestinos vinculados a actividades terroristas, familiares de los mismos y civiles próximos.
Durante los cinco años que siguieron a la firma del acuerdo, 405 palestinos y 256 israelíes habían sido asesinados.
Cuando tuvieron conocimiento de sus intenciones, numerosos líderes palestinos como Yasir Arafat, Saeb Erekat o Faisal Husseini pidieron a Sharon que cancelara la visita.
La muerte del niño y las heridas sufridas por el padre se atribuyeron inicialmente a los disparos de soldados israelíes.
El 12 de octubre, la policía palestina detuvo a dos reservistas israelíes que se habían adentrado en Ramala por accidente.
[66] Awana fue detenida posteriormente en una campaña de arrestos masivos por parte del ejército israelí, siendo condenada a cadena perpetua.
[67] Ese mismo día, un comando de la armada israelí capturó el barco mercante Santorini en aguas internacionales.
[61] El día siguiente, un atentado suicida en un centro comercial del asentamiento de Karnei Shomron dejó tres adolescentes israelíes muertos: Keren Shatsky, Nehemia ‘Amar y Rachel Thaler.
[61] Ese mismo día, un atentado suicida palestino durante un bar mitzvah en Jerusalén Oeste causó la muerte de 11 israelíes, entre ellos seis niños con edades comprendidas entre 1 y 15 años.
[61] Ese mismo día, una incursión israelí en los pueblos de Absan y Karara dejaba tres civiles palestinos muertos.
[61] Ese mismo día, un niño palestino de 10 años llamado Tamer abu-Siriyye moría en Tulkarem ametrallado por un tanque israelí cuando le arrojaba piedras.
Solamente tres israelíes murieron a causa del conflicto en este mismo mes: dos militares y un colono en territorio ocupado.
Del lado israelí, 19 personas murieron a consecuencia de los ataques palestinos: 14 soldados y 5 colonos, todos ellos en territorio ocupado.
[61] Las tropas israelíes continuaron con la incursión en Rafah al día siguiente, matando a 13 palestinos más, incluidos 6 niños con edades comprendidas entre los 9 y los 16 años.
[61] Otra incursión israelí, acaecida los días 22 y 23 de junio, dejó tres civiles palestinos muertos en Beit Hanoun.
[61] En agosto, la Segunda Intifada dejó 39 muertos entre los palestinos y 17 entre los israelíes, 16 de los cuales murieron en un solo atentado en Beerseba el último día del mes.
[61] Dos días después, tres civiles palestinos con edades comprendidas entre los 15 y los 62 años murieron en Rafah por disparos de soldados israelíes.
[137] Dos terroristas suicidas se adentraron en sendos autobuses y detonaron sus cinturones explosivos casi simultáneamente en una ciudad que no había sufrido atentados durante toda la Segunda Intifada.
[61] Dos días después, durante una incursión en Jabalia, las tropas israelíes mataron a 9 palestinos, 7 de los cuales eran civiles que no participaban en enfrentamientos.
[147] Sus promesas electorales incluían una negociación pacífica con Israel y el recurso de la no violencia para obtener los objetivos palestinos.
El investigador jefe del Jerusalem Center for Public Affairs, un exteniente coronel retirado del ejército israelí llamado Jonathan Dahoah-Halevi, afirmó que B’Tselem clasificaba continuamente a combatientes armados y a terroristas como “civiles no relacionados” con el conflicto, pero criticó también al gobierno israelí por no recopilar y publicar los datos de víctimas palestinas.
El Comité para la Precisión en la Información de Oriente Medio en América (CAMERA), una organización proisraelí estadounidense, ha afirmado que B’Tselem clasificó repetidamente a combatientes y terroristas palestinos como víctimas civiles.
Estas acusaciones nunca fueron probadas y UNRWA sigue negando que sus ambulancias se hayan usado para transportar los restos de soldados israelíes.
Este modelo de resistencia se ha expandido a otras localidades como Beit Sira, Hebrón, Saffa y Ni’lein.
El ejército israelí llevó a cabo numerosas incursiones por toda Palestina, adoptando tácticas de combate urbano.
En diversos casos, mujeres embarazadas y niños pequeños murieron en los puestos de control cuando los soldados israelíes les negaron el acceso a hospitales cercanos.
Para llevar a cabo estos asesinatos, que carecían de juicio previo, el ejército israelí se apoyó principalmente en su fuerza aérea y en operaciones encubiertas del Shin Bet.
Este artículo se aplica a toda persona que "no tome parte activa en las hostilidades, incluyendo miembros de fuerzas armadas que hayan abandonado sus armas" y aquellas personas "fuera de combate por enfermedad, heridas, detención o cualquier otra causa".
Cuando los atentados suicidas se redujeron hacia el final de la intifada, la economía israelí comenzó a recuperarse.