Su ubicación geográfica, situado a 23 m s. n. m. (metros sobre el nivel del mar), y sus óptimas condiciones meteorológicas contribuyen a considerar al aeropuerto de Gran Canaria como uno de los más seguros, extendiéndose sus operaciones durante las 24 horas del día.
Es el único aeropuerto de Canarias con dos pistas, que están dispuestas de forma paralela: la 03L/21R, con sistemas ILS CAT I en ambas cabeceras, y es la que se suele utilizar tanto para despegues como para aterrizajes y la 03R/21L, sin ILS y utilizada principalmente por aviones militares aunque no es raro ver despegar aviones civiles en días de mucho tráfico aéreo.
Los orígenes del aeropuerto se remontan a finales de la Primera Guerra Mundial, momento en el cual surge una línea aérea que une Francia con sus colonias africanas y con Sudamérica.
Su posición lo convirtió en inigualable escala para los pioneros de la aviación que buscaban unir a Europa con América.
La situación junto al mar y las condiciones meteorológicas aconsejaron la elección del páramo de Gando.
El primer edificio terminal data del periodo que va desde 1944 a 1946, declarándose en este año el aeropuerto abierto a tráfico nacional e internacional y lo califica como aduanero.
Las obras de arte decorativo contenidas en ella desaparecieron sin que se haya investigado su paradero.
La planta intermedia está destinada a la circulación de pasajeros en llegadas, mientras que la planta baja aloja otra sala de embarque, cuyo uso preferente serán los vuelos regionales y tendrá ocho nuevas puertas (con posibilidad de ampliarlas en ocho más).
Tradicionalmente ha tenido un importante tráfico aéreo procedente de Reino Unido, Alemania, Irlanda, Países Escandinavos, Rusia, Países Bajos, Bélgica, Polonia, Suiza, Luxemburgo, Francia e Italia durante todo el año.
[15] Más tarde, hubo una segunda amenaza de bomba, debido a lo cual las autoridades cerraron el aeropuerto por unas horas.
Muchos vuelos, entre ellos el KLM 4805 y PAA 1736, fueron desviados al Aeropuerto de Tenerife Norte.
Ante las nefastas consecuencias imprevistas del atentado en el aeropuerto de Las Palmas el MPAIAC y su líder Antonio Cubillo negaron o minimizaron mediante propaganda la relación acreditada entre ambos sucesos,[16][17][18] llegando incluso a desdecirse de la autoría del atendado contra la floristería del aeropuerto de Las Palmas.