Hoy dedicado casi exclusivamente al turismo, la isla de Sal debe su nombre a la industria que floreció aquí entre el siglo XVIII y mediados del siglo XX.
Por no poseer agua potable, la isla estuvo deshabitada hasta el siglo XIX, hasta que en el año 1833 se comenzó la explotación de las salinas de Pedro Lume.
Con el objetivo de constituir un punto de escala para los vuelos con destino a América del Sur, en 1939 fue construido por los italianos el Aeropuerto Internacional Amílcar Cabral, que hasta el año 2005 era la única entrada por avión al país.
Por su proximidad al continente africano, la isla es vulnerable a los vientos calientes y secos del desierto que transporta la arena del Sáhara, que hace que se formen extensas playas de arena blanca como la Praia de Santa María haciéndola el lugar más turístico de Cabo Verde.
Espargos es la capital de la isla y donde se sitúa el Aeropuerto Internacional Amílcar Cabral.