Se sitúa cerca del pueblo de Rhoose, a 15 kilómetros al oeste de la capital galesa, Cardiff.
La historia del aeropuerto internacional de Cardiff se extiende desde hace 60 años.
Desde los años 40, cuando el Ministerio Británico del Aire expropió unas tierras en el rural Vale of Glamorgan para levantar un aeródromo y una base de entrenamiento para los pilotos de Spitfires de la Fuerza Aérea Británica.
El potencial comercial de la pista se reconoció en los años 50, cuando Aer Lingus empezó un servicio de pasajeros civiles a Dublín en 1952.
Una nueva terminal se construyó y empezaron los vuelos a París, Belfast y Cork.