[9] En su origen las fiestas no tenían el mismo formato que hoy en día, sí solían guardar ciertas similitudes, en cuanto a la conmemoración militar y religiosa, con escenificaciones de batallas, uso de pólvora en las celebraciones, etc.Sólo en el último tercio del siglo XVII y en unas pocas localidades, como en la ciudad de Alicante.En ciertos municipios todavía se conserva una clara distinción entre escuadras o comparsas de gastadores, que al igual que los zapadores e ingenieros militares iban a la vanguardia, abriendo camino equipados con picos, dinteles, mochilas y barba reglamentaria, y escuadras o comparsas de caballería atrás que irían montadas y armadas con capas y lanzas o alabardas.Son muy pocas las poblaciones que conservan un único desfile de la Entrada original.Esto sucede en una batalla final en la que se producen disparos de avancarga como arcabuces, espingardas y trabucos, dependiendo del bando.Esta toma se realiza representando los antiguos textos de las Embajadas, que varían según la población, en las que un embajador intercambia unas palabras amenazantes con el defensor del castillo, para después tomarlo.[8] Cada bando está formado por agrupaciones de festeros, llamadas por lo general comparsas o filaes.Las de los moros, por su parte tienen nombres como Almorávides, Moros Viejos, Moros Nuevos, Nazaríes, Almohades, Beduinos, Sauditas, Abenzoares, Magenta, Judíos, Bereberes, Tarik, Tuaregs, Marruecos, Turcos, La Llana, Zegríes, Almanzárabes, Abencerrajes, Almorávides, etc. Cada comparsa tiene su propio cuartel, maset, Kábila, capitanía o local de reunión, donde se realizan las celebraciones.En su lugar, se comienza a competir por mostrar cada año trajes distintos, acorde con la historia, cada vez más vistosos y fantasiosos.[8] La música siempre ha acompañado a las Fiestas de Moros y Cristianos desde sus inicios.[14] La música es unos de los aspectos que también destacan en esta fiesta, sobre todo el famoso pasodoble español Paquito el Chocolatero escrito por Gustavo Pascual Falcó, compositor de Cocentaina, así como el también contestano Manuel Ferrando González que compuso en 1864 el primer pasodoble para las fiestas de Moros y Cristianos llamado El Moro Guerrero.Las marchas son obras musicales que entran dentro de las composiciones definidas por el movimiento o por el ritmo.Así, en Aragón la fiesta se centra en las Dances o Morismas, que son danzas con espadas y lanzas que terminan siempre con la victoria cristina y la renuncia a su fe de los árabes, es el estilo aragonés de la fiesta.Es un acto relatado en verso irregular que conmemora que en el siglo VIII, por la aparición milagrosa de la Santa Cruz sobre una carrasca, las tropas cristianas consiguieron vencer a las musulmanas y recuperaron la villa de Huesca.El acto finaliza con la muerte del rey moro y el posterior bautizo de las tropas musulmanas.[6] Por su parte en Cariñena se celebra cada 2 de septiembre el Dance, en honor a San Antolín.En cambio, en Cuenca, que tiene unas 14 localidades donde se celebran Moros y Cristianos, lo hacen al estilo aragonés.[6] En esta comunidad autónoma en todas las localidades donde se celebran Moros y Cristianos (Abanilla, Caravaca de la Cruz, Jumilla, Lorca, Murcia y Santomera) lo hacen siguiendo el patrón levantino.Estos bailes han formado parte del protocolo en festividades que exaltan el cristianismo sobre las demás religiones, como la procesión de Corpus Christi.[6] Lérida, que tiene documentada una especie de danza con moros y cristianos en los esponsales del año 1150.En Sóller, Pollensa y Ciudadela celebran diversos ataques turcos a sus villas durante el siglo XVI.[6] A diferencia de las otras manifestaciones de la fiesta, los Moros y Cristianos en la Comunidad Valenciana están influidos además por el desarrollo industrial que tuvo lugar durante la primera mitad del siglo XIX.[15] Destacar de entre todos ellos los que conforman la festividad en sí y que se suelen concentran en tres jordanas festivas basadas en los tres elementos que dieron origen a estas festividades (fiesta militar, fiesta religiosa y acto teatral) que pueden llegar a prolongarse hasta una semana en ciertas poblaciones, suponiendo lo que se conoce como Trilogía Festera:[15] Otra diferencia respecto a otras fiestas de Moros y Cristianos de la península es la estructura de los festeros u organizadores de la fiesta.Tienen su origen en danzas moriscas españoles que se introdujeron en Inglaterra durante el siglo XVII.[6] Así, hay fiestas de este tipo en Italia, todas ellas basadas en batallas entre moros y cristianos como el caso de “Sagra dei Saraceni” en Villamagna (Abruzzo), la “Sfilata dei Turchi a Potenza” en Potenza (Basilicata), el “Palio di Saraceno” en Mercato Saraceno (Emilia Romagna), el “Sbarco dei Saraceni” en Laiguedlia (Liguria) o la “Giostra del Saracino” en Arezzo y en Sateano, ambas en la Toscana (además en estas últimas la fiesta consiste en arriesgados ejercicios ecuestres, en los que se golpea con lanzas un muñeco que simboliza a un musulmán, que se coloca en medio de la plaza de las localidades)[6] Una fiesta de características parecidas a estas últimas es la que se lleva a cabo en la población austríaca de Kufenstechen, en donde se realizan juegos a caballo que rememoran la incursión de un caballero austríaco en un campamento turco en el siglo XV.Tienen una gran historia y están documentadas desde el siglo XVI en las crónicas que escribían los misioneros, como en la Historia de los Indios de Nueva España, obra del franciscano Toribio Motolínia, del año 1539.[6] También pueden verse estas fiestas en Brasil, a partir de un modelo portugués que se basa en relatos Carolingios y que se las conoce como fiestas de Cristiãos e Mouros y la Cavalhada.[6] En Asia destaca la particularidad del "Moros y Cristianos Street Drama" en Filipinas, más conocido en la legua popular como "Moro-moro".Aunque extendió su popularidad entre la población filipina, las nuevas "Komedyas" acabarían inspirándose de nuevo en la ambientación europea, con "embahadores" y personajes cristianos europeos y moros turcos o andalusíes, en lugar de musulmanes filipinos.
Escuadra de Zulúes (de la comparsa de Moros Nuevos) de
Villena
(2007).
Vicente Mestre: Embarque de los moriscos expulsados por el puerto de
Denia
, 1613.
Castillo de
embajadas
en la Puerta Almansa de
Villena
, alrededor de 1920. Destaca la efigie de la
Mahoma
en un lateral del castillo. Actualmente las embajadas de Villena se celebran en el
castillo de la Atalaya
.