Moros y Cristianos en la Comunidad Valenciana
Los Moros y Cristianos son una fiesta caracterizada por estar fuertemente arraigada a la historia.Cuando Jaime I conquistó las tierras de Valencia hace alrededor de 800 años, su victoria da una nueva lengua y una nueva religión, distintas a las anteriores y que perdurarán hasta nuestros días.Así se quiere demostrar la superioridad de una creencia hacia otra y para ello había que apelar a los sentimientos, por eso los hechos extraordinarios cobran gran importancia.[6] Las representaciones teatrales que se realizaban dentro de las iglesias, se llamaban autos sacramentales, y entre ellos los más antiguos datan del siglo XIII, La Adoración de los Reyes Magos.La fiesta principal a partir de esa época será la Semana Santa.Un personaje destacado en estos textos y que existe hoy en la fiesta es la figura del Embajador, tanto el cristiano como el moro (llamado Emir), quien iba a hacer de negociador con el otro bando y llevar adelante el trato, además era el portador de las misivas reales a otros reyes.[9][11] Además, a partir de esa fecha, se produce la estructuración del colectivo festero, con las Comparsas (también conocidas como filaes), que tienen su origen en la manifestación lúdico-social de la nueva clase burguesa que estaba surgiendo en ese momento; y más tarde aparece la Entrada, como acto festivo relevante.[9] Respecto a las filaes o comparsas, como tales no existen realmente hasta el año 1804, año en el que se encuentra documentación en Alcoy en la que se hace referencia a filaes o comparsas en vez de compañías.Podemos destacar otra pieza aunque la fecha no puede verificarse, pero los autores consideran que debe ser de los años 50-60 del siglo XIX, el pasodoble El moro guerrero, de Manuel Ramón Ferrando.Todas estas piezas estaban concebidas para ser tocadas sentados, y por esa razón eran interpretadas en locales cerrados.El primer pasodoble que se considera “calle” es la pieza del maestro José Espí Ulrich.Cuando los pasodobles evolucionan a piezas callejeras cambian el ritmo que se hace más rápido y veloz.[12] Para interpretar estas piezas era necesario tener una banda completa, pero no todas las filaes tenían presupuesto para contratar una para la fiesta, por lo que muchas filaes continuaban con el acompañamiento de tambores y clarines.Actualmente la pieza más conocida y tocada es el pasodoble Paquito el Chocolatero, del año 1937, obra de Gustavo Pascual Falcó, y que es utilizada en los desfiles del bando cristiano.Y finalmente podemos mencionar la obra del maestro José Serrano Simeón, donde todos los estudiosos están de acuerdo en afirmar que se encuentra la primera marcha mora, Moros y Cristianos del año 1905.[12] Estos actos tienen una nomenclatura especial que en muchos casos es necesario explicar, como por ejemplo el boato.Con boato se hace referencia al conjunto de elementos especiales que se utilizan durante el desfile normalmente cuando se tiene un cargo con capitán, alférez, rey, abanderado....Pueden abarcar actividades y ámbitos muy diversos, utilización desde animales (normalmente caballos, pero también podemos ver camellos, dromedarios, elefantes, grandes felinos...) cumpliendo la normativa legal del municipio; construcción de carrozas, ya sean básicas (para trasladar a un grupo de personas) o más complejas como aquellas que representan castillos, mezquitas, paisajes...En ocasiones participan incluso actores contratados, o compañías de circo para realizar acrobacias, malabares, espectáculos con fuego...[12] Estos actos no sólo tienen lugar los días de fiesta sinon que durante todo el año se realizan actividades diversas, como ocurre con las Fallas.Así, las comparsas tienen un amplio abanico de actividades, es por eso que el calendario festero puede estructurarse en:[12]