[6] Es objeto de debate entre los historiadores si fue reina efectiva de Aragón, teniendo presente que según el derecho sucesorio aragonés las mujeres no podían reinar, aunque sí podían transmitir la potestas regia.
Al no ser un varón Ramiro tuvo que planear rápidamente su futuro matrimonio, eligiendo entre la dinastía castellano-leonesa o la barcelonesa.
[3][4][9] Como ha señalado Ana Isabel Lapeña Paúl, «nació una niña y ello variaba sustancialmente las soluciones que debían buscarse.
No había leyes escritas al respecto, pero sí existían lo que pueden considerarse unas pautas para resolver la situación.
[14] «La idea de Alfonso era que Petronila fuese educada en la corte castellana y se prometiese más tarde con su heredero», ha señalado Percy Ernst Schramm.
Terminaba diciendo «que yo, el predicho rey Ramiro, sea rey, señor y padre en el predicho reino y en todos tus condados [rex, dominus et pater in prephato regno et in totis comitatibus tuis] mientras a mi me plazca».
[27][28] «Allí vivió todavía diez años sin volver a intervenir en el curso de los acontecimientos», ha señalado Percy Ernst Schramm.
[32] La boda entre Petronila y Ramon Berenguer IV tuvo lugar en Lérida, recién conquistada, en el otoño de 1150 —se desconoce la fecha exacta del enlace—, tras cumplir aquella la edad canónica para contraer matrimonio, los catorce años edad (Ramón Berenguer tenía entonces treinta y siete años).
Aquí se crio el futuro rey de Aragón y conde de Barcelona Alfonso II[43] e incluso se creyó que había nacido en este lugar, aunque según el historiador aragonés Antonio Ubieto Arteta seguramente nació en Huesca.
Sin embargo, según Josep-David Garrido Valls, solo se conoce un único documento firmado por ella, junto a su esposo, con fecha de 1157.
Al final del documento, junto a la firma de Ramón Berenguer aparece: Signum + Peronelle, aragonenssium regine et comitisse barchinonensis.
Según Waag, esta nueva documentación demostraría que Petronila ejerció cierto papel político en vida de su esposo.
[51] En octubre se reunió una asamblea en Huesca para dar a conocer públicamente el testamento sacramental de Ramón Berenguer.
[57][58] Según Percy Ernst Schramm, «por razones legales, este acto no habría sido necesario, ya que su marido había dejado su reino directamente a los hijos y a ella solo le había asignado la viudedad... Es evidente que los aragoneses lo aprovecharon para dejar asentado el hecho de que, desde que Ramiro II volvió al monasterio, la soberana de Aragón había sido Petronila, y por eso ella, y no su marido, traspasaba el reino al hijo».