Los mejores clientes del arte fueron pues los reyes y los burgueses, quedando en segundo lugar la demanda oficial de tipo religioso.El arte helenístico triunfó y se extendió por todo el universo helénico y aunque siguiendo distintas escuelas, existió siempre una creación común, algo parecido a lo que había ocurrido con la lengua koiné.La emulación entre los distintos reinos helenísticos estimuló el desarrollo de enormes complejos urbanísticos, en grandes espacios, no limitados por las barreras físicas de la antigua Grecia, donde se pudieron crear nuevas ciudades (Alejandría, Antioquía, Pérgamo, Seleucia del Tigris, etc.) Este nuevo urbanismo, en lugar de actuar sobre el terreno y corregir sus deficiencias (plano hipodámico), se adapta a su naturaleza y realza sus cualidades.Desde una sencilla fortaleza situada en la acrópolis, varios reyes atálidas erigieron un colosal complejo arquitectónico.Los edificios se despliegan en abanico en torno a la Acrópolis teniendo en cuenta la naturaleza del terreno.El ágora, ubicada al sur, sobre la terraza inferior, está bordeada con galerías de columnas o stoai.Es el punto de partida de una calle que atraviesa toda la Acrópolis: separando, por una parte, los edificios administrativos, políticos y militares, al este y en la cumbre del peñasco; por el otro lado, los santuarios, al oeste a media altura.Un gigantesco teatro, que pueden llegar a contener casi 10000 espectadores, tiene sus gradas en las laderas de la colina.Los Dioses olímpicos triunfan sobre los Gigantes, la mayoría de los cuales se han convertido en animales salvajes: serpientes, aves rapaces, leones o toros.Durante mucho tiempo sólo podía verse la herencia helenística en los frescos romanos, por ejemplo, en los de Pompeya o Herculano.Los recientes descubrimientos arqueológicos realizados en particular en el cementerio de Pagasas (actual Volos), en las orillas del Golfo Pagasético o en Vergina (1987), en el antiguo reino de Macedonia, han sacado a la luz obras originales.En la tumba llamada de Filipo II se ha encontrado un gran friso que representa al rey cazando un león.Los personajes, a menudo mujeres, se representan vestidos con ropas de colores: azul-violeta, amarillo claro, blanco.El trabajo de los jarrones en metal adquirió nuevas dimensiones: los artistas compiten entre ellos en virtuosismo.En Panaguiúrishte (actual Bulgaria), se han encontrado jarrones de oro hábilmente esculpidos: en un ánfora, forman la empuñadura dos centauros encabritados.Estas estatuillas de adolescentes negros tuvieron mucho éxito hasta la época romana.Anteriormente limitadas a un uso religioso, las figurillas de arcilla se utilizaron con mayor frecuencia en el período helenístico para uso funerario y también decorativo.En una forma totalmente diferente, también encontramos los grotescos, que contrastan violentamente con los cánones de belleza griega.El grabado en gemas (glíptica) no progresó, quedando reducido a series de alta producción, sin originalidad.Roma extendió a su vez este arte por las provincias del oeste: Hispania, Galia, Germania y Britania.