Arte etrusco

El arte que se conserva es de carácter funerario, relacionado tanto con la pintura (frescos) como con la escultura.

Los misteriosos orígenes de este pueblo, y en consecuencia de su estilo artístico, se retrotrae a los pueblos que habitaban o fueron expulsados de Asia Menor durante la Edad del Bronce y la del Hierro, aunque otras culturas antiguas influyeron en el arte etrusco (debido a la proximidad o al contacto comercial), tales como los griegos, los fenicios, los egipcios, asirios y Oriente Próximo.

Muchas ciudades etruscas se situaban en lo alto de una meseta, lo que permitía buenas vistas del terreno circundante, fuera terrestre o marítimo; así puede verse aún en Volterra.

Otros núcleos, como Veyes o Tarquinia surgieron en un territorio particularmente fértil y apropiado para la agricultura.

En efecto, los materiales que se usaban para construir eran la arcilla, la toba y la caliza, siendo el mármol casi desconocido.

El número de puertas eran siete o cuatro (aunque hay testimonios de algunas ciudades con cinco y seis entradas), las más importantes se correspondían con los extremos del cardo y el decumano.

En el siglo VIII a. C. las casas pasaron a ser cuadrangulares, morfología que posteriormente heredó Roma.

Los templos eran grandes edificios casi cuadrados, se alzaban sobre un basamento o podio de piedra.

A veces se colocaba sobre la techumbre grandes estatuas de bulto redondo, también pintadas.

En el «Museo Archeologico Nazionale Etrusco della Città di Chiusi» pueden verse numerosas urnas funerarias, jarrones decorados con figuras negras y cerámica de bucchero, así como estatuillas de bronce.

Era una escultura fuertemente influida por modelos griegos, aunque no llegara jamás al mismo nivel de armonía y perfección que las estatuas atenienses o tebanas.

No obstante, presenta algunas características singulares, como el naturalismo en la representación de rostros, que posteriormente transmitió a los romanos.

También se vincula con los ritos funerarios, habiéndose encontrado numerosas esculturas etruscas en las tumbas, especialmente en Perugia, Volterra y Chiusi, que representan objetos o sujetos mitológicos.

Del mismo material son los centenares de espejos grabados descubiertos, erróneamente llamados «pateras».

La materia prima provenía de las minas que los etruscos explotaban en Elba (hierro) y Etruria (cobre).

El hombre etrusco vivía plenamente la existencia terrenal confiado en una vida dichosa de ultratumba.

Los vestigios de su arte así lo confirman, porque están dedicadas casi en exclusiva a la creencia del más allá.

Los etruscos copiaron profusamente el paisaje que tenían a su alrededor, tanto natural como social.

Las figuras están marcadas por fuertes trazos, lo que nos habla de un importante dominio del dibujo.

La composición de estos frescos presenta mucho movimiento, con una armonía cabal y estilizada, con formas simples.

El estilo era marcadamente bidimensional, estilizado (formas delineadas en negro), más de colores vivos y atmósfera jovial.

En una fase tardía, la actitud festiva ante la muerte cambió, posiblemente por la influencia del arte griego del periodo clásico, y las figuras muestran un nuevo talante, pensativo y de incertidumbre hacia el final de la vida.

Tenían el techo abovedado o con falsa cúpula y sus paredes se pintaban al fresco.

A veces se representaban escenas de la vida cotidiana, con danzantes, músicos o jinetes.

El estilo era marcadamente bidimensional, estilizado (formas delineadas en negro), más de colores vivos y atmósfera jovial.

En una fase tardía, la actitud festiva ante la muerte cambió, posiblemente por la influencia del arte griego del periodo clásico, y las figuras muestran un nuevo talante, pensativo y de incertidumbre hacia el final de la vida.

Los artesanos etruscos pudieron practicar las técnicas más sofisticadas en el trabajo de los metales preciosos: repujado, grabado, filigrana o granulación.

[4]​ Después del siglo VI a. C., la filigrana y la granulación desaparecen, aunque en su lugar, se sigue utilizando el repujado.

Parece haber existido un teatro etrusco, pues a él aluden algunos autores latinos.

Nos lo sugiere una palabra emblemática: φersu (que, como tantas otras palabras, pasó al latín y luego a las distintas lenguas romances y otras, como el inglés cuyo vocabulario es en un 60% de origen francés), la «máscara» de la comedia que significa en origen persona, en latín.

Caballeros etruscos, lámina de plata incisa con relieves dorados.
«El sarcófago de los esposos», pareja funeraria etrusca (Villa Giulia, Roma).
Vista de Volterra bajo una tormenta. Las ciudades etruscas solían colocarse en mesetas elevadas, de manera que se tuviera una vista de toda la región.
Ruinas de un templo en Volsinies ( Orvieto ).
Caballos alados de Tarquinia , realizados en terracota (siglo IV a. C.). Decoraban la fachada del templo de Ara della Regina, en Tarquinia . Actualmente se encuentran en el «Museo Nazionale Tarquinese ».
Urna crematoria policromada procedente del hipogeo de los Satna, siglos II-I a. C., actualmente se encuentra en el Museo Archeologico Nazionale dell'Umbria , en Perugia .
Pintura mural en la «Tumba de los Leopardos» (hacia el año 500 a. C., en Tarquinia; en el centro, el tañedor de la flauta doble típica de los etruscos; a la derecha, el tañedor de lira .
Pintura mural etrusca representando a un músico, en la llamada « Tumba del Triclinio », en Tarquinia .
Pendientes etruscos decorados con granulación (400–300 a. C.
Bulla etrusca con Dédalo e Ícaro. Baltimore, Walters Art Museum 57371.