Además de estos, se excavaron muchos más, aunque menos solemnes, para egipcios acomodados que buscaban allí su casa eterna y evitar los robos.
También se pueden encontrar hipogeos para enterrar animales sagrados como los babuinos y los íbices.
Se los consideraban templos funerarios, de los hipogeos reales, a los cenotafios situados en la margen tebana occidental del río Nilo.
Los erigidos en la orilla oriental, como el grandioso templo de Karnak o el bello templo de Luxor, estaban dedicados al dios Amón, y otras divinidades.
Para los antiguos egipcios, la zona oriental del Nilo era la adecuada para las actividades de los vivos, donde nacía el dios sol (Ra), mientras que la parte occidental, por donde se ponía el sol, se destinaba a asuntos de la otra vida.