Está firmado con la inscripción ΑΠΟΛΛωΝΙΟΣ ΝΕΣΤΟΡΟΣ ΑΘΗΝΑΙΟΣ ΕΠΟΙΕΙ ("Apolonio, hijo de Néstor, el ateniense, lo hizo").
Entre los primeros dibujos que reproducen el Torso (además de los contradictorios ya citados de Giovanni Antonio da Brescia —el grabado que "reconstruye" las piernas— y Amico Aspertini —que reproduce el estado en que ya estaban— están los del propio Miguel Ángel, uno atribuido a Rafael o su escuela, otro de Sebastiano del Piombo (sin datar con precisión, primera mitad del siglo XVI); y, significativamente, los de varios pintores flamencos que realizaban la visita a Roma que se convirtió en fundamental para su formación: Martin van Heemskerck (ca.
[23] Es probablemente legendaria la anécdota según la cual el papa Julio II le habría encomendado la tarea de restaurar el Torso añadiéndole las partes que le faltaban, y la respuesta del artista diciendo que tal como estaba era demasiado bello como para alterarlo.
[25][26] La relación entre Miguel Ángel y el Torso era tan estrecha y agónica que Giovanni Paolo Lomazzo llegó a expresarlo de esta forma: "nunca fue capaz de añadir nada a su belleza... que continuamente perseguía; del mismo modo, Daniele da Volterra, Perino del Vaga y otros que seguían la maniera del mismo Miguel Ángel nunca pudieron igualarlo".
[27] Véase la galería de imágenes en Commons sobre "El torso del Belvedere en Miguel Ángel y otros pintores"