Como pintor no es extraordinario, siendo un típico ejemplo del estilo tardomanierista.
Tuvo una carrera corta, pues quedó ciego todavía joven, en 1572.
A partir de entonces se volcaría en su actividad como historiador y teórico del arte.
Sus tratados, donde se incluyen preceptos simbolistas, fueron el famoso Trattato dell'arte della pittura, editado en 1584, obra de gran importancia en la estética manierista, e Idea del Tempio della pittura, de 1590.
Tuvo como alumnos a los pintores Giovanni Antonio Figino y Girolamo Ciocca.