La ciudad se encuentra a 61 kilómetros de Enna, en una zona con colinas entre los ríos Dittaino y Salso.
En tiempos de Timoleón era gobernada por el tirano Nicodemo, que fue derrocado por el corintio y la ciudad recuperó la libertad (339 a. C.).
Durante el asedio muchas ciudades de la isla se sometieron a Roma, pero no se sabe si Centóripa siguió sus pasos inmediatamente, si bien más tarde aparece ya bajo dominio romano y en buenos términos con los romanos.
Los servicios contra éste fueron recompensados por Augusto que restauró la ciudad la cual obtuvo la franquicia latina.
El emperador Federico II Hohenstaufen destruyó completamente la ciudad en 1233 como represalia por haberse rebelado y sus habitantes fueron deportados.