Agatocles se estableció finalmente en Siracusa, donde pudo alcanzar altos cargos militares gracias a la protección de un rico ciudadano llamado Damas.
En un principio Agatocles adoptó una actitud neutral, aunque dejando ver cierta inclinación a favor de los demócratas.
Al poco convocó una asamblea, donde acusó a los oligarcas, se presentó como restaurador de la democracia, y fingiendo que se retiraba del poder, el pueblo le aclamó concediéndole el título de strategos autókrator.
Mientras tanto, la situación en Sicilia era preocupante para los siracusanos, pues su ciudad seguía estando amenazada por los cartagineses, Acragante y los oligarcas exiliados.
Antander, hermano de Agatocles, obtuvo una victoria que forzó a los cartagineses a retirarse en 309, pero los aliados griegos, conducidos primero por Jenódico de Acragante y luego por el emigrado siracusano Dinócrates, no desistían.